≽𝐝𝐨𝐢𝐧𝐠 𝐬𝐨𝐦𝐞𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐡𝐨𝐭.

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Cuando se trataba de apuestas, Doyoung no se rendía hasta que fuera él quien ganase. Y para su suerte, o su desgracia, su novio era igual. Esos dos factores hacían que cualquier apuesta entre ellos se sintiera como un juego en un casino importante de Las Vegas, donde ponías en riesgo cientos de dólares. Y es que a ninguno le gustaba perder, y mucho menos luego atenerse a las consecuencias que venían de la mano con la derrota.

Sin embargo, había una pequeña posibilidad de que la apuesta que acababan de hacer la ganara Jaehyun. Eso era algo que pensaban los dos, a pesar de que el mayor no quisiera admitirlo en alto. Pero, a diferencia de otras veces donde establecían unas reglas y un castigo o una recompensa, esta vez no acordaron nada, lo dejaron en el aire, tomaron la decisión de decirlo cuando se supiera quien se coronaba como el ganador.

—Doyoung— Jaehyun entró al dormitorio que compartía con su novio, apoyándose en el marco de la puerta mientras veía como el otro se terminaba de acomodar la ropa.

—Dime— Su voz sonó más dulce y baja que en otras ocasiones, acción que hizo a Jaehyun sonreír de lado.

—¿Estás listo? Me terminaron de confirmar la reserva en el restaurante— Doyoung asintió, yendo hasta su lado, tomando la mano que le ofreció, con una pequeña sonrisa.

El recorrido hasta el coche lo hicieron en silencio, repartiendo un par de caricias por la mano del otro sin motivo alguno, simplemente brindarse esa muestra de cariño. Jaehyun sería quien conduciría, así que el contrario aprovechó eso para relajarse en el asiento del copiloto.

Sus músculos estaban tensos, sentía su respiración algo pesada a pesar de que el menor no había hecho ninguna jugada para comenzar con la apuesta que habían entablado esa misma tarde. Respiró hondo, sin querer llamar mucho la atención de su novio, sin embargo, había algo que tenía claro, no iba a dejar que Jaehyun viera que iba un paso por delante de él, aunque esa fuera la realidad.

Con esa idea en mente, comenzó una conversación con el menor, Jaehyun sonrió de lado, fijando la mirada en él en un par de ocasiones para prestarle más atención. 

En el momento donde aparcaron, Doyoung agradeció el haberse agarrado al brazo del contrario al bajar, pues, sin percatarse del momento en donde Jaehyun metió la mano en el bolsillo de su chaqueta, la primera vibración fluyó a través de su cuerpo, fueron unos escasos dos segundos en el nivel bajo, pero le tomó tan desprevenido que sus dientes chirriaron.

—¿No te dije que ya habíamos empezado? Vaya, últimamente me falla mucho la memoria— Fingió inocencia mientras chasqueaba la lengua, se deshizo del agarre que tenía Doyoung en él, colocándose cara a cara— Te recuerdo que...— Una de sus manos fue a parar hasta la barbilla del mayor, alzándole la cabeza mientras deslizaba su pulgar por el labio inferior, tan lento que Doyoung quería golpearle— Si quieres ganar, no sueltes ni un sólo ruido por estos labios tan bonitos que tienes, ¿queda claro?— El adverso observó como sus pupilas se dilataban y sus labios se ensanchaban en una sonrisa divertida— Bueno bebé, tenemos que ir a cenar o nuestra reserva se cancelará— Su tono de voz pasó de uno áspero a uno tranquilo, agarrando nuevamente la mano del mayor para tirar de él hacia la entrada.

El aire que estaba en los pulmones de Doyoung se fue como si le hubieran proporcionado un golpe en el estómago, pero a decir verdad, la forma que Jaehyun tenía de mirarle y la manera en la que pronunciaba unas simples palabras para él lo era.

El cuerpo de Doyoung estaba alerta, sus ojos intentando no perderse ni un sólo movimiento del menor. No se podía permitir bajar la guardia como antes, si ganaba tenía pensado pedirle absolutamente todo lo que quisiera por una semana, y eso sonaba tan bien para él que no podía darse el lujo de perder.

𝟥𝟢 𝑑𝑎𝑦𝑠 ⇝ 𝑗𝑎𝑒𝑑𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora