≽𝐝𝐨𝐢𝐧𝐠 𝐬𝐨𝐦𝐞𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐭𝐨𝐠𝐞𝐭𝐡𝐞𝐫.

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Doyoung se acomodó el cabello en el reflejo de un coche que estaba aparcado frente al trabajo de su novio. Habían acordado que el mayor pasaría a buscarle para ir a cenar juntos. Sonrió a su propio reflejo, y pensó que tuvo suerte al tener ese día libre, ya que así pudo llegar a tiempo y puntual a la hora acordada con Jaehyun, además había aprovechado para ir a comprar algo de ropa, que ahora lucía con una sonrisa amplia y satisfactoria por lo bien que había escogido su conjunto.

Entró al vestíbulo del planetario, saludando con la mano a la recepcionista. Esta le devolvió el gesto, pues de tantas veces que había ido el muchacho a por su novio ya le reconocía.

—Jaehyun tiene que terminar de hacer una cosa, pero puedes pasar a verle porque no hay gente— Le informó amablemente— Está en la planta dos, la habitación del fondo del pasillo— Doyoung agradeció con una pequeña reverencia, apresurándose en ir a la sala que le indicaron.

No era la primera vez que Jaehyun se quedaba unos minutos de más, solía ocurrirle los días en los que la clientela había aumentado considerablemente, y a Doyoung no le importaba, al contrario, ayudaba al menor para que terminase antes y pudieran irse juntos a disfrutar el resto de la noche.

Entró sin llamar, pues tenía constancia de que sólo estaba él, y cuando le vió frente al ordenador, distraído por estar sumido en su trabajo, no pudo evitar cerrar la puerta de manera silenciosa y acercarse con rapidez a él, saltando sobre su espalda y dejando un sonoro beso en su mejilla. Jaehyun llevó una mano a su pecho soltando una pequeña exclamación de sorpresa.

—Mierda, un día me vas a matar— El contrario soltó una carcajada al oír eso, aplastando su propia mejilla con la de él, sin poder evitar sonreír.

—Te extrañé— Un pequeño puchero fue pintado en su rostro, que desapareció al instante en que sintió como el otro le besaba repetidas veces.

—Y yo a ti también, ha sido un día bastante largo, me hubiera gustado poder tener el día libre para quedarme contigo— Rió tomando una de sus piernas con una mano para que no perdiera el equilibrio sobre su espalda.

—¿En qué te tengo que ayudar hoy?— Cuestionó moviendo los pies en el aire.

—Hoy en nada— Aquella confesión le hizo fruncir el ceño— Te tengo una sorpresa— La expresión de duda automáticamente fue reemplazada por una de asombro y felicidad.

—¿Sobre qué trata?— Dió un pequeño saltito hasta que sus pies tocaron el suelo.

—Ven— Se giró para tomar su mano y guiarle hacia el frente de la habitación, dejando atrás los asientos.

Tomó un lugar en el suelo, sin soltar el agarre que mantenía con Doyoung, por lo que se le hizo fácil tirar de él para que quedara entre sus piernas, rodeándole con los brazos, frotando los suyos en un gesto cariñoso que hizo reír a ambos. Doyoung suspiró feliz, apoyando la cabeza sobre su hombro, al igual que la espalda en su pecho, cerrando los ojos por unos segundos, dejando que la fragancia de la colonia de Jaehyun le inundara totalmente, junto a la calidez que emanaba su cuerpo. Recién era primavera, y esta se había convertido en la estación favorita de Doyoung, porque amaba que el contrario fuera con sudaderas gran parte de los días, sobretodo cuando trabajaba, porque recostarse en él era como estar tumbado en una cama muy cómoda, sólo que su novio superaba cualquier lugar por muy blando que fuese.

Jaehyun depositó un beso en su frente, continuando por su nariz, luego su mejilla, y así siguió tanto por su mandíbula como por la comisura de sus labios. El mayor al ver que no obtenía ningún roce en sus belfos, hizo un sonido de protesta que causó la risa inmediata del adverso, que no demoró en dejar varios picos al ver como juntaba sus labios para recibirle.

—Por cierto— Doyoung entreabrió los ojos, fijando toda su atención en él— Se me pasó decírtelo, pero lo pensé cuando te vi.

—¿El qué?— Se removió para acurrucarse más, buscando las impropias manos, entrelazando los dedos mientras jugaba con estos haciendo gestos.

—Estás muy guapo hoy, me encanta como te queda esa camisa con la chaqueta de mezclilla— Afirmó asintiendo con la cabeza y Doyoung sintió como se convertía en líquido de tanta ternura que tenía con él. 

Jaehyun era una persona que no perdía oportunidad de halagar tanto a sus amigos como a su pareja, siempre sacaba un lado positivo de todo, aunque la situación pintase fea. Y cuando se trataba del aspecto de Doyoung, no había momento que dejara pasar a la hora de resaltar sus encantos y lo bien que lucía. Se podría decir que el ego del mayor subía un escalón más arriba.

—La próxima vez vayamos de compras juntos, así puedo escoger de primera mano las sudaderas que te robaré— Su comentario causó la risa de los dos, que juntaron su frente casi instantáneamente.

—Me parece bien, con tal de complacerte dejo toda mi ropa en tu armario si hace falta— Aquello parecía ir broma pero era tan real como el amor que se tenían, por muy divertido que pudiese sonar— Oye, pero no te traje aquí solamente para que nos quedemos sentados en el suelo, te quiero enseñar algo en lo que he estado trabajando, aunque sea para un próximo espectáculo no pude evitar pensar que quería que fueras el primero en verlo— Con un mando apagó las luces del lugar, mientras que con otro encendía el proyector— Una vez me dijiste que te gustaría ver la aurora boreal del Polo Norte, así que estuve recreando una con los colores que más te gustan— Fue cuestión de segundos que la estancia se viera iluminada de lo anteriormente mencionado, el color verde-agua y morado predominando por encima del resto.

Se quedaron abrazados, hablando sobre cómo había ido su día y donde cenarían previamente a ese momento tan lindo que disfrutaban.

Doyoung posó la mirada en el chico que le sostenía con tanta fuerza, y por su cabeza se pasaban tantos pensamientos que no tenía claro como aclarárselos para poder confesarle lo enamorado que estaba de él, pero en ese momento, simplemente se recostó sobre su pecho, sintiendo los latidos de su corazón, estos eran tan calmados que él mismo se relajó al sentirle; ese era el mayor efecto que el menor le provocaba, y era el único que podía.

𝟥𝟢 𝑑𝑎𝑦𝑠 ⇝ 𝑗𝑎𝑒𝑑𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora