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"DOUCE"

Mis manos ya estaban a la mitad de camino de rasgar nuevamente su piel cuando su voz resonó en mis oídos, la familiaridad de ella hizo que me detuviera casi de inmediato dejando de moverme para evitar que la hojilla de la navaja cortara.

-¿Tú? - Hable sorprendida mientras observaba con detenimiento la situación. - ¿Qué haces tu aquí?

La sangre ya comenzaba a brotar de la herida de su cuello escandalosamente y bajaba hasta gotear el suelo. La expresión de sorpresa llenaba su rostro y aunque era evidente el porque no entendía la razón por la cual lucia extremadamente pálido. En realidad no sabia si era porque aun tenía la hojilla contra su cuello de manera amenazante o tal vez por la herida, quizás la sorpresa o el clima, apenas se asomaba septiembre este comenzaba a cambiar bastante gracias a la cercanía de las montañas, pero estaba segura que no hacia suficiente frió para tal palidez

-Buenos días para ti también, - Anunció burlonamente y una sonrisa de boca cerrada decoró su rostro. -¿Esperabas a alguien más?

Entrecerré los ojos y aparte la hojilla de él quedando sentada sobre su pecho mientras lo analizaba en silencio. Otra cosa que me sorprendió fueron las pequeñas cicatrices que decoraban sus mejillas que no había notado antes.

Podría asegurar que me quedé admirándolo por un momento porque cuando volví la mirada a sus ojos me encontré con que su sonrisa había crecido el doble.

-¿Qué observas, c.c? - Preguntó pero debido al gesto se llevo la mano al cuello cubriendo la herida la cual seguramente ya le debía arder. - ¿Algo que decir?

Continúo y le devolví la sonrisa pero, no antes de clavar la navaja en el suelo justo a un lado de su rostro. El sonido de la madera rompiéndose con el contacto de la hojilla hizo que se sobresaltara un poco, acto seguido rodó los ojos y bufó tratando de ocultar su sorpresa.

La sonrisa volviendo a sus labios.

-¿Como te atreves a dañar este hermoso suelo?, - preguntó con tono calmado, incluso podría decir que había un poco de burla en él. - Papá te castigará por eso.

-J'aurais pu te faire du mal. - Le recordé y solté una de sus muñecas la cual sostenía sobre su cabeza. - Aunque eso parece no molestarte.

-Sabes que amo el peligro, en especial cuando viene de ti.

-tu es un connard. - Espeté levantándome de su cuerpo y liberándolo.

-Deberías cuidar tu vocabulario. - Se apoyó sobre sus hombros y me observo desde abajo mientras comenzaba a caminar en dirección a la cocina. - No puedo creer que así recibas a tu hermano luego de no haberlo visto por...

-No eres mi hermano. - Lo miré molesta por el termino que había usado. - Y ya te lo había dicho antes. Solo eres un amigo de la familia.

-Auch! - Se llevo una mano a su pecho haciéndose el herido. - No puedo creer que después de tantos años conociéndonos, te hayas molestado por un pequeño error. 

Reí sentándome sobre el mesón de la cocina quedando de frente a él. - Oh vamos! eso no fue un pequeño error, y no me digas que pensaste que te perdonaría así porque sí.

-Una persona normal ya lo habría hecho. - Dijo levantándose y quitándose la camisa para utilizarla y detener el sangrado. - No tenía malas intenciones, lo juro.

-Mataste a douce, Josh. 

Arrugó las cejas y negó con la cabeza. - Ya te dije que fue un accidente.

-Aplastar a mi pez dorado con un libro no es un accidente. - Le recordé duramente. - Además, te recuerdo...

-AY POR FAVOR! -. Me interrumpió gritando. - No me digas que aun piensas vengarte.

Lo miré sin expresión alguna y entonces el se cruzó de brazos, mi respuesta era más que obvia y  él lo sabía. 

La sangre ya había alcanzado su clavícula e incluso había un poco de ella sobre su abdomen que estaba bien definido, aunque él ya había utilizado su camisa para sacarle habían quedado manchas secas sobre dichas partes. 

-No deberías bajar la guardia. - Advertí caminando directo a las escaleras para desaparecer en mi habitación antes de que me cachara viéndolo y la situación se tornara incomoda pero, él me tomó del brazo impidiéndome seguir. Debido a tal acción quedamos lado a lado. Podía sentir mi corazón acelerarse ante su fuerte agarré, el rocé de sus dedos en la piel desnuda de mis brazos hacia que me estremeciese y me molestaba el efecto que su cercanía tenia en mi.

Era incluso más difícil cuando los chicos se referían a él como un hermano, cuando yo no sentía eso por él, no cuando desde siempre había esperado algo más.

Maldije internamente cuando su cabeza se inclino un poco para llegar a mi oído, sus labios rosando mi oreja. - No te tengo miedo, c.c. - Susurró haciendo que el efecto se intensificara.

- Yo nunca te quise dar miedo, Josh. - Dije sonando indiferente. - Sin embargo, yo si me lo tendría.

Tiré de mi brazo soltando su agarré y comencé a subir las escaleras en dirección a mi habitación para alejarme de él antes de que se diese cuenta.

-Como tu digas hermanita.

Cuando llegué arriba me giré observándolo. De cuclillas frente a la navaja la arrancó dejando una ranura en el suelo apenas visible. Recordando lo que iba a hacer antes de que todo eso ocurriera formule las preguntarse en mi cabeza y escogí la más prudente.

Suspiré para llamar su atención pero no obtuve más que una sonrisa mientras su ojos se mantenían en la navaja.

-¿Qué era todo ese ruido? 

Él se dio la vuelta hacia la cocina y comenzó a caminar hacia ella. 

-Estaba desempacando. - Hablo mientras se guardaba la navaja en el bolsillo. - Pensé que no había nadie, Aiden no me mencionó que estarías en casa.

Tal vez porque ni yo sabía que estaría aquí.

- ¿Por qué volviste?

Las palabras se escaparon de mi boca antes de pudiese detenerlas. Él se dió vuelta y me observó con su característica burla.

-Creo que sabes perfectamente porque estoy de regreso. - Su tonó era calmado a pesar de la burla que emana. Desde que tengo memoria siempre había admirado eso de él, su calma. Tal vez era una de las cosas que me atraían a él. La manera en la que sobrellevaba todo, tan sereno y calmado como siempre.

-¿Qué pasará con Boston? 

-La universidad puede esperar. - Dijo indiferente. - Mi familia no y aunque estés molesta conmigo no les iba a dar la espalda durante un 12 de septiembre.

El peso cayó sobre mis hombros al recordar que día era, incluso podía sentir como mi corazón se aceleró al escuchar sus ultimas palabras, pues aunque estaba consiente de la fecha escuchar que las palabras salieran de la boca de otro era totalmente diferente e incluso un poco doloroso.

-¿Todo bien? - . Pregunto haciéndome regresar al presente luego de navegar un rato por mis pensamientos. - Sabes que...

-Todo esta bien.

-Caroline. - Advitió, su mirada ya me indicaba lo que venía. - Vi las heridas en tus palmas.


Fetiche Oscuro © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora