Joffrey y el príncipe Leonid habían acordado ir a cazar ese día y eso era lo que estaban haciendo. Llevaron a la guardia real, y 10 hombres de Zemli.
Leonid aplaudía con cautela todo lo bueno que hacía Joffrey, aunque en los comentarios de él no había ningún pedazo de sinceridad.
Joffrey disparo con su ballesta a un conejo y dio justo en su cabeza, haciéndolo sonreir victorioso.
—Sorprendente, su majestad— dijo Leonid, con un tono de felicidad —Envidio realmente su puntería— siguió mintiendo. Joffrey inspeccionó a Leonid, era alto pero delgado, se veía tan frágil, y aún así se paraba recto con la cabeza en alto.
—Sabe, príncipe Leonid, estoy seguro de que usted y yo seremos buenos amigos— comentó Joffrey mientras avanzaba por el bosque
— Yo también presiento eso— sonrió Leonid.
—Es una lástima que su hermana tenga que casarse con mi tío— comentó Joffrey con un muy leve tono de burla.
—Mejor a que se quedara soltera— Leonid aguanto la sonrisa
—Es una princesa, estoy seguro que tiene muchos pretendientes—
—Por alguna razón mi padre le ordenó que se casaría con su tío—
—Es una mujer inteligente entonces, obedeciendo a su rey—
—Asi es—
La caza continuó hasta horas después, cuando el sol estaba apuntó de ponerse. Cuando llegaron al castillo Leonid noto como Sansa miraba a Joffrey, una rabia y miedo se translucia en la mirada gris de la bella Sansa. Leonid no paro de preocuparse por ella y evitando todo lo que le dijo su razón comentó
—Su majestad, escuche sobre el traidor Ned Stark— comentó Leonid —¿Cómo es que castigo ese vil acto contra usted? —
—Es una gran historia, le corte la cabeza enfrente de la ciudad y de su hija— sonrió Joffrey con malicia.
— Lo mejor que se puede hacer ante un traidor— dijo, aunque las palabras que brotaron de Leonid no fue para nada lo que pensó, odio como Joffrey podía ser tan cruel con la pobre Sansa
—Un rey tiene que actuar con osadía— dijo Joffrey triunfante
—Así es su alteza— con la última frase que escucho Leonid, entendió que odiaría a Joffrey como a ningún otro.
La diplomacia en parte era estar seguro de sí mismo y nunca estar seguro del otro y así sería con Joffrey.
—¿Qué es lo que hará con la hija del traidor?— preguntó el príncipe de Zemli, escondiendo la preocupación de que algo malo le pasara a la chica de cabello rojo.
—Eso esta por verse hasta que matemos a su familia— dijo Joffrey casi con una risa. Tal vez Joffrey era aliado de Zemli, pero jamás sería amigo de Leonid quienes eran completamente diferente en contraste. Joffrey era cruel e insensible mientras que Leonid era considerado y sentimental, no tenía nada del carácter de su padre Ilias, quien realmente lo había heredado era su hermana menor, Margosha. Joffrey no era muy inteligente mientras que Leonid era considerado por muchos el joven más inteligente de Zemli, título que según el le quedaba grande, otra cosa en lo que se diferenciaba con Joffrey era que incluso siendo un noble y próximo monarca de Zemli era humilde y no le gustaba la idea de tener que reinar puesto que según el mismo "Yo solo nací, nunca hice nada para merecer el puesto que tengo".A Joffrey el príncipe Leonid le regalo flechas con una punta de oro para su vallesta, escucho que amaba muchísimo ese instrumento y las mandó hacer especialmente para él. Pero ahora se arrepentía, tenía un gran miedo de con que o quien las pudiera usar, sobre todo temía que lastimará a Sansa, aquella estrella de ojos grises y piel pálida con la que sólo había hablado en una ocasión, fue en el festejo de bienvenida cuando uso el vestido morado que el le regalo.
Cuándo Joffrey se despidió de él y se dirigió a sus habitaciones, Leonid aprovecho rapidamente para buscar a la joven Stark, la vio pasando con la cabeza agachada hacia un pasillo y rápidamente avanzó ante ella
—Lady Sansa— saludo Leonid, quien realmente no tenía ni idea de que hacer, el ir hacia ella fue solo un impulso
—Su alteza— respondió Sansa con cortesía mientras hacía una referencia. Leonid estaba en un estado de shock sin saber que decir, aún siendo un príncipe era realmente malo para conversar con mujeres debido a su timidez
—Usted luce realmente bella hoy— dijo Leonid con pena —Quiero decir, siempre luce bella, es usted muy bonita, realmente... — Leonid se atoraba con las palabras lo que hizo que Sansa sonreirá con ternura
—Y usted es realmente muy apuesto— comentó Sansa
—¿Le gustaría cenar conmigo? — preguntó Leonid tan rápido como Sansa dejó de hablar. La pelirroja se quedó pensando un momento hasta que sonrió—No se si la reina me lo permita— dijo con un poco de tristeza
—No se preocupe, mi señora, yo tomaré todas las consecuencias por usted— dijo Leonid tratando de tranquilizar a Sansa. La joven sabía que Cercei no le haría nada si el príncipe de tierras blancas se interponia. Tal vez los Lannister no sabían mucho de Zemli pero a Sansa le contaban cuentos en Winterfell sobre cómo los príncipes de Zemli tenían poderes magicos y podían convertir las cosas en hielo, o sobre cómo el pueblo era enorme y hermoso, con un albo manto cubriendo todo.
—Entonces estaré encantada de cenar con usted, su alteza—Aunque pareciera lo contrario Leonid maldijo el hecho de que nadie más que el y Sansa estaban en el comedor. Margosha probablemente se quedó entrenando hasta la noche puesto que no le gustaba entrenar en la tarde por el calor y su padre estaba en una junta con sus consejeros.
—Me disculpo por la ausencia de mi familia— dijo Leonid
—No se preocupe, su alteza— dijo Sansa
—Me hubiera gustado que estuvieran aquí para no estar solos— Leonid volvía a tropezar con las palabras, era algo que le pasaba mucho enfrente de las pocas mujeres por las que sentía atracción —Quiero decir, me encanta estar con usted a solas ¿Por qué no me gustaría?, es solo que puede ser incómodo, no por mi, por supuesto, sino por usted... Quiero decir— intento explicarse Leonid a toda velocidad y Sansa río ante todo lo que decía el príncipe, la risa hizo que Leonid se sonrojara, ver reír a Sansa fue algo hermoso
—Me alegra hacerla reír— dijo Leonid
Una gornichnaya entró con un plato
—Medallones de cordero con salsa de grosellas, su alteza— explicó la gornichnaya lo que acababa de traer
—Gracias, Klara— agradeció el príncipe con amabilidad que le causó curiosidad a Sansa, "¿Por qué le agradece?, el es el príncipe y es el deber de las sirvientas servir"
De la puerta apareció otra mujer, esta traía una jarra con una bebida parecida a la cerveza
—¿Alguna vez ha probado la medovuja, mi Señora?— pregunto Leonid con los ojos curiosos y una sonrisa tierna
—No, jamás lo he probado, mi señor— respondió Sansa mientras que Leonid vertia un poco en una copa
—Es un bebida de Zemli, es realmente deliciosa, se hace con miel, levadura, agua y azúcar— explicó Leonid y le acercó la copa a Sansa quien vio la bebida un momento y tomó de ella, era dulce pero pesada como el licor, cosa que no se esperaba y la hizo toser
—Perdone, debí de avisarle que mi padre siempre elije la más pesada y a mi hermana le encanta ponerle menta— mencionó Leonid con mucha preocupación
—No se disculpe, su alteza. La bebida es realmente deliciosa— aclaró Sansa y empezó a partir su carne.
—¿Le puedo preguntar algo, Lady Sansa?—
—Claro que si, su alteza—
—¿Cómo la ha tratado el rey Joffrey?— Leonid puso una mirada seria y preocupada que atrapó a los ojos llenos de miedo y pena de Sansa
—Yo... El rey, ha... — tartamudeo Sansa con miedo
—Me contó lo que le hizo a tu padre— comentó Leonid con un tono triste que Sansa pudo sentir —Es una pena y a mi parecer una monstruosidad—
Comentó Leonid —Sansa, nada saldrá de esta habitación, tienes mi palabra— dijo Leonid poniendo una mano gentil sobre la mano de Sansa, quien no se había dado cuenta de cuánto extrañaba el contacto humano y al sentir a Leonid acariciando con dulzura su mano se sintió aún más vulnerable pero algo en la mirada azul de Leonid la hizo sentir confianza.
—El rey es muy justo y valiente... — dijo Sansa mientras agachaba sus hombros y miraba a otra parte. Los ojos escépticos de Leonid captaron la atención de Sansa y cuando levantó las cejas con confusión Sansa casi empieza a llorar, aguantando esas ganas trago saliva con fuerza y se quedó callada un rato
—Pequeña Sansa, puedes cortar mi lengua si tienes alguna consecuencia por decir la verdad— dijo Leonid —Jamás haría nada para lastimarte—
El corazón de Sansa finalmente se abrió
—Mi padre era un hombre honrado— dijo Sansa con abatimiento en sus ojos
—¿Por qué dicen que era un traidor y lo decapitado? — preguntó Leonid con toda la sensibilidad que pudo en su tono de voz, no quería lastimar a Sansa. No quería lastimar a Sansa con recuerdos, pero quería saber que estaba pasando
—Joffrey— mencionó Sansa con miedo en su voz pero irá en sus ojos —El lo hizo. Me prometió ser misericordioso y le corto la cabeza a mi padre enfrente mío, me dijo que aquello era misericordia, luego me llevo a las murallas y me hizo ver la cabeza de mi padre clavada en una pica— la voz de Sansa dejó todo el miedo y ahora sonaba con ira, sus ojos que picaba y amenazaban por las lágrimas miraron directamente a Leonid, quien rápidamente se acercó a ella y la abrazo, dejándola llorar en su hombro
—Es un monstruo— sollozo Sansa, la voz de la pobre chica hizo sentir a Leonid que su corazón se partía
—Sansa, mírame a los ojos— ordenó Leonid con un tono de voz cortés a lo que Sansa lo miró con timidez, no quería que la viera así
—Te prometo que mientras yo esté aquí el jamás volverá a hacerte daño— dijo Leonid poniendo ambas manos con suavidad en el rostro de Sansa. Ambos se dedicaron una sonrisa tímida
—Gracias, su alteza— suspiro Sansa con alivio
—Puedes llamarme Leonid, si así lo deseas— dijo Leonid con cordialidad a lo que Sansa asintió.Cuándo la cena había pasado Leonid escolto a Sansa a sus aposentos y se fue a dormir, teniendo Sansa como su último pensamiento en la noche.
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183 Noches // Tyrion Lannister X Oc
Romance𝕷𝖆 𝖕𝖗𝖎𝖓𝖈𝖊𝖘𝖆 𝕸𝖆𝖗𝖌𝖔𝖘𝖍𝖆 𝕷𝖆𝖛𝖗𝖔𝖛 𝖉𝖊 𝖅𝖊𝖒𝖑𝖎 𝖊𝖘 𝖈𝖔𝖒𝖕𝖗𝖔𝖒𝖊𝖙𝖎𝖉𝖆 𝖈𝖔𝖓 𝕿𝖞𝖗𝖎𝖔𝖓 𝕷𝖆𝖓𝖓𝖎𝖘𝖙𝖊𝖗. 𝟏𝟖𝟑 𝕹𝖔𝖈𝖍𝖊𝖘 // 𝕿𝖞𝖗𝖎𝖔𝖓 𝕷𝖆𝖓𝖓𝖎𝖘𝖙𝖊𝖗 𝖃 𝕺𝖈