Pétalos Rojos ¦ Countryhumans Au ¦

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Alemania lo guió a través de unos arbustos hasta topar con un campamento de ahí, huyó para dar una vuelta a este y retomar tanto su lugar junto al ruso como su postura de humano.

Le tendió la mano a Rusia — Vamos, son los chicos.

Sin duda alguna, posó su mano contra la de él y éste fue jalado con una fuerza descomunal, haciendo que tropezara y así cayese los dos rodando colina abajo; al final fueron detenidos por Italia

— Wow wow, cuidado... non hanno intenzione di farsi del male più

Al decir esto, llamó la atención de Japón y Gabriel para acercarse donde se encontraban los demás.

— ¿Están bien? — habló Gabriel

— Да, sólo que un poco adolorido... Eso es todo, al que deben preguntarle es a Герма...

Antes de decir algo, Alemania se quejó de un dolor insoportable cayendo al suelo.

— ドイツ, ¿estás bien?

— Nein ahg!, me duele el... Aghh !! Ahh!!

Se retorcía al igual que un animal herido soltando rugidos y desgarradores alaridos.

— порывистый ayúdenme! — habló mientras se acercaba a este para intentar cargarlo

— Por aquí, tenemos un lugar donde puedes colocarlo

Siguieron a Gabriel a una de las casas de campaña para depositar suavemente al alemán, nadie tenía idea con qué estaban lidiando en ese momento.

Exceptuando al ruso.

— Busquen algo con lo cual podamos hacerle calmar — fue puesto en duda por un momento — no sé, una planta, un fruto... O algo... Скоро!

Todos salieron, así que podía contar con unos segundos para revisar a su amigo.

Primero empezó por la boca, y notó que sus dientes no podían regresar a la normalidad, ese era el primer dolor.

En mitad de la revisión, Alemania tomó el brazo del ruso, apretándolo fuertemente y enterrando sus garras, ese es el segundo dolor.

Le molestaba un poco pero podía lidiar con eso, los ojos de éste no cambiaron, se quedaron igual que el animal salvaje que era.

— Hilf mir!! Ahhg !! ...

Hubo un gritó antes de regresar todo en calma:

— Hilf mir URSS !!!

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En un lugar muy alejado donde se encontraban nuestros protagonistas, estaba prisionera Polonia.

Con cadenas en cada extremidad, la chica intentaba buscar pistas con la mirada para saber su ubicación, sin embargo, el lugar estaba a media luz con una ventana espaldas a ella.

De pronto una luz se hizo visible en la rendija debajo de la puerta, alguien estaría a punto de entrar.

— ¿Qué tal a dormido señorita? — un joven alto preguntaba mientras su sombra se acercaba

— Nie muszę odpowiadać — fue lo que pronunció antes de resibir una bofetada.

— Giovanni genug... — habló otra voz, esta caminó y se detuvo en el lumbral de la puerta — libérale las manos... Creo que no escapará si lo haces.

Al terminar la oración, aquel chico accedió y desencadenó las muñecas, no sin antes decir esto mientras le tomaba con fuerza la cara — Oyeme bien, un día me satisfaceras...

Después de hablar, salió fuera de la habitación.

— Sabes que eres afortunada por seguir con vida...

—No me sorprendería si no quisieras algo de mí... Como las demás bestias que he conocido.

— Calma que eso está arreglado desde tiempo atrás — la chica miró confusa aquella sombra — bien, quieres respuestas... Te las daré, tu madre... Que en paz esté por cierto, hizo un trato con un dictador, ¿para qué?, para que nadie pudiera tocar a la niña de sus ojos

— ¡Maldito!, ¡no te inventes tonterías!

— ¿Tonterías?, claro que no, tu madre te mantuvo a salvo... — aquel hombre se acercó para darle cara a la chica — A salvo de mi

Polonia se asustó y cayó por el asombro, estaba ante un fantasma.

— Usted...

El hombre de edad no tan mayor rio un poco — Bien ahora ya tienes mayor certeza de que es algo verídico, el pagar todo para no dañarte fue muy alto, sin embargo no sigo lo mismo de esto que veo aquí

Pasó su mano por la cortada cicatrizada que tenía en la mitad cara, antes de que la chica lanzará su mano a manera de quitar la de éste, el señor le tomó la muñeca.

— Sabes que puedo hacer una excepción ahora que ella no está... — mostraba una sonrisa maliciosa

Una interrupción se hizo presente — Señor, el ruso escapó y se cree que uno de nuestros agentes lo esté ayudando. Tenemos la corazonada que fue la primera vigilancia que se dio para aquel viejo Italiano...

— Basta de chamuyar — el hombre caminó fuera de la celda cerrándola para resguardar el sonido — que vigilen la zona para asegurarse de dónde se encuentra y con quién.

Varios pasos se alejaron de dicho lugar, dándole la oportunidad a Polonia par a ver el terreno y buscar opciones de fuga.

"Pronto te daré pelea, ni matando a todos los hijos de la guerra te saldrás con la tuya."