Pétalos Rojos ¦ Countryhumans Au ¦

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Bajaron de la estación los cuatro muchachos, observando a su alrededor se encontraban rodeados de niebla.

- Al parecer no ha cambiado nada de aquí... - murmuró

- ¿Qué dijiste Russland?

El ruso recordó que en esta ocasión no se encontraba solo - Ah que... Presiento que es por acá...

- ¿Acaso recuerdas tú esto?

- Algo así... Bueno, el bosque de Białowieża recuerda que es un lugar turístico... Así que no te debes de extrañar.

- Eso ya sabemos pero... No por el otro lado, si no mal recuerdo... Se encontraba clausurado

Mientras caminaban, divisaron al frente una reja.

- Здесь - al momento de decirlo, trepó por ésta pasando con rapidez y sigilo - ¿qué esperan?

Entre miradas llenas de misterio, todos pasaron poco a poco, lanzando primero sus mochilas para después quedar del otro lado.

La segunda en pasar fue Japón, posteriormente Italia y Alemania.

- Oigan, por cierto... ¿Que es lo que traen en sus mochilas?

- Ya sabes... - acercándose un poco al ruso mientras pone una pose al igual que si le confesara un secreto - por si se requiere una ayudadita

- Muy bien, ¿hacia donde?

El ruso, miró su entorno y recordó el accidente que había tenido con anterioridad - Vamos a rodear aquella zona

[...]

Cuestión de minutos fue para encontrar aquel precipicio donde estuvo a punto de caer.

Rodearlo fue fácil, lo complicado vendría después.

No observaron la colina abajo que les esperaba y con falta de luz...

- ¡OTRA VEZ NOOO!

- RUSSLAAANDDD!!

- ドイツ!! - la chica intentó acercarse para tomar la mano del nombrado antes que cayese, sin embargo, Italia la detuvo para no caer ella también.

- Giappone no!!

Terminaron su caída directo en un pequeño búnker improvisado, ya que, con el impacto, rompieron cierto techo hecho de tablones los cuales, se encontraban podridos.

- Германия?... - con ojos entre abiertos le hablaba a su compañero para ver si se encontraba bien, el impacto lo aturdió un momento levantándose lentamente - ¿D...onde estás?

Un silencio le hizo ponerse más nervioso; su vista se acostumbró rápido para notar que se encontraban donde el señor Fascista habitó antes de tener que salir pitando del lugar.