Pétalos Rojos ¦ Countryhumans Au ¦

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17/02/19

- Russland... Te traje un pequeño regalo - su amigo de infancia se encontraba en el contorno de la puerta con un ramo rojo de flores; esperaba una respuesta del contrario.

Asintió, sus cuerdas vocales al parecer, se vieron afectadas.

- Se que no es la gran cosa pero... bueno - se adentró el muchacho.

Para Alemania era duro el tener que ver a su amigo en ese estado, ocasiones anteriores había intentado suicidarse, pero lo único que podía hacer eran "marcas superficiales", como cortadas y que comenzara una adicción a la bebida fuertemente.
Pero haber intentado quitarse la vida, era que la federación ya no controlaba sus emociones, no igual que él.

Tendría que ser atendido psicológicamente, si no, perdería a su mejor amigo, y el único que, a pesar de que sus padres y abuelos tuvieran conflictos fuertes, éste le seguía queriendo y tratando como una persona y no como algo que se debe de exterminar.

Le notificó a sus hermanos, Bielorrusia y Kazajistán, comentaron que no se encontraban cerca, así que llegarían tarde para ver el estado de salud de su hermano.

Sin embargo, no se dijo lo mismo de Ucrania, ella sólo se limitó a escuchar el mensaje y colgar; las llamadas siguientes sólo contestaba el buzón de voz.
Alemania suponía el pensamiento que tenía su hermana desde que se separaron; esperaba que su hermano terminara consigo mismo para que no le afectara en lo más mínimo de la nueva vida que llevaba.

- ¿Cómo te sientes?

Rusia movió los hombros en respuesta a su pregunta, dando como significado un: No lo sé; se veía peor desde la última vez que se encontraron.

- Sé que es duro para ti, y más por el tiempo que ha pasado... - parece que hablaba con la pared, el contrario se encontraba con los ojos bajos sin mirar al muchacho - y bueno... No sé qué más decirte....

Rusia levantó la vista, con gesto y cabeza preguntó un: ¿por qué?

- ¿Por qué? - asintió el otro - bueno, recuerda que tenemos un dicho... El que dice: "Nunca des consejo sin que lo pidan"... Por eso te digo que no sé que decirte...

El contrario miró hacia abajo, tenía razón.

Se lo había explicado tiempo atrás cuando sólo jugaban en un bosque cercano a una ciudad que, para Rusia le era difícil de pronunciar.

Lo había olvidado.

- Bueno, de seguro te sientes agotado, así que lo único que diré ahora es que descanses - se fue acercando a paso lento a la puerta - te veo mañana.

Alemania le sonrió a su amigo, cuando estaba por salir de la vista de Rusia éste le habló.

- Германия! - el muchacho se giró rápidamente - por favor... No me dejes sólo ahora...

En sus ojos salían pequeñas lágrimas; sabía que muy pronto se convertirían en cascadas que nunca serían paradas.

Alemania se acercó rápidamente a la cabecera de la cama, se encontraba tomando fuertemente la mano de Rusia, en señal de que estaba con él; duró poco, ya que la federación lo jaló hacia arriba de la cama para que se acostara con él y lo abrazara, a efecto de ello, hizo caso a lo que quería su amigo.