Pétalos Rojos ¦ Countryhumans Au ¦

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La última llama de la fogata se extinguía al igual que la preocupación del grupo, aproximadamente hace cuatro horas que se encontraba reposando Alemania después de aquellos dolores insoportables; ahora intentan poner cartas sobre la mesa ante la situación que tienen delante.

— ¿Y?... ¿Ese es el plan?, buscar a los malditos que nos persiguen y así, ¿todo regresará a la normalidad? — habló Gabriel con un tono incrédulo

Intervino Rusia para dejar la situación de forma clara — Mira, en verdad no sé si nos estamos enfrentando a tu jefe o a otro loco que quiere llamar la atención, pero ese líquido que me inyectaron no era una simple solución para dormirme... Era algo más...

Todos se quedaron esperando a que el euro asiático pronunciará otra cosa más, pero lo que para ellos era notorio fue que se ahogaba poco a poco en sus pensamientos, ante ello, Japón habló.

— Disculpa si no entendí nada pero... ¿Exactamente que le hicieron a Ale?

— Nada... Я думаю, fue demasiado raro porque no lo tocaron ni nada solo... Atacó y me salvo del sujeto...

— Uno licantropo... — todos miraron a Italia — no encuentro otra explicación para sus síntomas, ya saben: cambio de actitud, cambios físicos e inclusive, postura en el caminar... Pero la pregunta es porque lo hace, ¿tu sabes algo Russia? ¿En su tiempo de niñez o algo semejante a prácticas con él?

Rusia seguía pensando pero su cabeza daba vueltas, recuerdos aislados iban y venían pero ninguno era claro — N-no... No recuerdo nada...

Al continuar los intentos para recordar su memoria se iban perdiendo: la historia de su padre, el sueño que tuvo, todo se desvanecía.

Empezó a respirar rápido, nada tenía sentido, nada comenzaba a existir ni su razón por la cual estaba allí. El pánico se apoderaba de él, las voces de sus compañeros se escuchaban con eco, se alejaban, volvía a estar solo, como después de que su padre muriese, después de escuchar y ver caer a una mujer delante de él, después de que delante de él tuviese una pistola apuntándole directamente a su rostro...

— O-otra vez no... Por favor... — se colocó en posición fetal, no eran nítidas esas vivencias pero no por ello lo asustaba.

La chica nipona intentó tomarle del hombro pero Gabriel lo detuvo. — Será mejor despertar a Alemania, el sabe cómo lidiar con esto más que nosotros tres.

Después de acabar la oración, Italia fue a la tienda donde reposaba el alemán — ¡Germania despierta! Te necesitamos, vamos... ¡Arriba!

Por parte del alemán era un pequeño jadeo antes de despertarse, al parecer se compuso ya que no tenía sus ojos ni sus dientes como antes, al tenerlo a medio despertar, Italia lo sacó y a rastras lo llevó donde estaba Rusia.

Por lo mientras, los otros dos chicos intentaban que no se pegase con nada y estuviera en un espacio libre.

— No... No... ¡¡PAULA!! — gritó el ruso alertando así a todos, especialmente al alemán

— Russland!, tranquilo, estoy aquí —puso sus manos en las rodilla del ruso y buscaba su rostro para mirarlo, pero le era imposible ya que este se movía mucho — Russland, mírame, Russland.... RUSSLAND! Blick, estoy contigo pequeño oso, ahora tienes que tranquilizarte, respirar y contarme cuanto más puedas que sucedió, Ich stimme zu ?

Rusia se quedó quieto, el eco se desvanecía, aquel hoyo sin salida pudo ver la luz y todo se volvía claro y con este, sus recuerdos, regresaban poco a poco e inclusive, unos nuevos salían a relucir.

— Германия... Estás aquí... — el nombrado acentía sonriente y tomándole su rostro suavemente — gracias por no irte, gracias por no dejarme solo

El ruso abrazó a su amigo y comenzaba a llorar desconsoladamente, los presentes se quedaron atónitos, era la primera vez que lo vieron llorar después de mucho tiempo.

— Machen Sie es gut... Nunca me iré, pero ahora tendrás que decirme que viste en aquel momento en el que te encontraste perdido... — recogía su ushanka después de que a este se le había caído, la acercó donde estaba su rostro — ¿era ella cierto?

Intentaba formular palabras, pero a Rusia le costaba trabajo, su garganta y laringe se encontraban muy inflamadas por llorar y gritar que le era imposible no seguir llorando, tenía mucho que liberar en tan poco tiempo.

Solo asintió a su respuesta y ocultó su cara en las ropas de su amigo.

— Cielos, me temía que nos ataran más con el pasado... — miró a sus compañeros — será mejor seguir el camino, esto solo fue una pequeña prueba de cuanto daño nos pueden hacer, si destruyen a nuestra persona más fuerte como Russland... Nos pueden matar a cualquiera de los cuatro, y el no quiere eso...

— ¿Él?... ¿Acaso ya conociste a la persona la cual nos está causando estos problemas?

— En parte, pero mi padre me preparaba para ciertas ocasiones aunque él era más deductivo y detectar de forma sutil la forma de planeación con la que cuentan las personas... — se levantó junto con Rusia, le limpio un poco las lágrimas y le coloco su gorro — entramos en una guerra sin saberlo y lo peor, es que moriremos antes de ganarla...

Alemania se alejo hacia las tiendas con una postura y voz más sería que antes...

— ライヒ... Vagamente recuerdo yo algo pero... Así hablaba el señor Reich antes de atacar a alguien...

Después de limpiarse las lágrimas habló Rusia con un poco más de calma, aunque su voz era más rasposa que antes — Concuerdo con él, movámonos y vayamos a otro lugar más seguro, este empieza a darme náuseas... — dicho esto, se alejo y tomó el mismo camino que el alemán

– Y así hablaba el signore URSS... Antes de llevar a sus hijos a un lugar seguro...

— Esto es más serio de lo que pensé yo... — habló Gabriel intentando pensar en otro lugar — porque no sólo caminamos hasta llegar a la frontera, aquí siento yo que estando en jurisdicción de otro país estemos a salvo, por unos momentos...

— いい考え! Solo que el único problema es si seguir indagando más allá ayude de algo...

Italia suspiró — Yo deje de creer en fantasmas por un largo tiempo... No se si ayude el quitarse lo escéptico para volver a un ciclo donde siempre estarán los buenos y los malos...

— Siento yo que ellos dos tendrían 健忘...

— Disculpa pero, ¿eso que significa? — cuestionó Gabriel

—Olvido, cuando alguien muere, el corazón lo olvida...

Pero creo que en ellos nadie ha muerto y por ello, ni sus difuntos ni ellos son capaces de olvidarse unos a otros...