2. ¿Déjate llevar?

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Veía la cabellera rubia de Leah, moviéndose de aquí para allá. Tras el compás de la música sus caderas hacían maniobras para que estén a la par. Bailaba de una manera increíble.

Pasó ligeramente la palma de su mano por su sudorosa frente.

-Desde que hemos llegado,no has parado de bailar -grité. Ya que la música estaba demasiado fuerte.

Me agarró de la mano y me dijo:

-Vámonos a por tragos.

Me senté en un taburete y suspiré aliviada. Por los zapatos y tantas horas ahí, junto mi imitación de baile, juraría que estaría llena de ampollas.

-¿Algo para tomar? -el barman se acercó a nosotras. Tenía unos cuántos pelos por su creciente barba y sus ojos parecían irreales. Mieles. Pero no cualquiera,parecían dulces y agudos. Ya qué,lo observé extrañada y Leah se me adelantó como siempre sabría hacerlo.

-Dos chupitos.

La miré estupefacta.

《Vamos, nunca en tú jodida vida tomaste alcohol》《¿Qué te podrá hacer, Kelsita?》-me reprendió mi voz interior.

El barman dejó las dos bebidas allí y nos observó coqueto.

-Kels,por favor -me rogó-, sólo una vez, déjate llevar.

Me encogí de hombros como siempre hacía y cogí el pequeño vaso.

Lo coloqué entre mis labios. Incliné mi cabeza hacía atrás y dejé que el líquido deslizara sobre mi garganta. Un ardor me amenazó en acercarse.

-¡Bien! ¿Ves que no era para tanto? -me gritó en el oído para que pudiese escuchar. Sonrió burlona y se estampó la bebida de lleno.

BIEN ESTARÉ REFORMANDO. FALTA TERMINAR CAPÍTULO.

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