4. Pregúntale a tú pasado

29 0 0
                                    


Abrí lentamente mis ojos, los sentía tan pesados que fui abriéndolos de a poco.

Escuchaba murmullos a mi alrededor. Olfateé el ambiente y capturé que sería el hospital. Ése olor en particular.

-Oh, Kels -pude visualizar la gran famosa cabellera rubia de mi amiga Leah Benett. Soltó unas cuántas lágrimas y acarició con su pulgar mis mejillas.

-¿Qué mierda? -dije confundida. Realmente no recuerdo nada de lo que ocurrió ayer.

-Yo sólo...empeoré todo en llevarte a ese jodido lugar. Lo siento -derrumbó en llantos. Sus mejillas y su respingada nariz estaban coloradas.

-No pasa nada, yo estoy.. -le respondí, pero pausé ya que sentí un dolor inmenso e agudo en mis costillas y cuello. Nunca me habría pasado.

-Oh no. ¿Estás bien? Espérate,llamaré al médico.

Intenté llamarla pero fue inválido ya que el dolor seguía aumentando.

Después de tres horas de chequeo y algunas que otras placas, me encontraba fuera de allí junto a Leah.

Al fin y al cabo, tenía lastimadas un poco las costillas, por suerte no se han roto sino estaría hospitalizada las veinticuatro horas allí. Demasiado exasperante.

Y mi cuello tenía raspones, según el especialista. No estaba segura a su devolución pero lo dejé pasar.

-Lo siento -dijo Leah por vigésima quinta vez. Masajeé la sien y suspiré.

-Ya pasó,Leah. En todo caso, es mi culpa por exceso de alcohol -reí medio divertida para alegrar el ambiente.

-Te invito a un café ¿Qué dices? -me reclamó, sonrió torcida.

Yo asentí en forma de respuesta, ya que realmente no tenía ganas de charlar. Mínimo diría monosílabos y Leah creería que estaría enfadada.

Entramos a un café. Espacioso y acogedor,se deleitaba por el sabroso olor a granos de café y de alguna masa en preparación.

Nos dirigimos a una mesa vacía,al lado de las ventanas donde podías apreciarla.

-¿Qué miras tanto? -me preguntó dubitativa.

-Tengo hambre -le mentí. Habría algo extraño aquí pero decidí callarme.

Una señora rondando los cincuenta años se acercó.

-Jóvenes,¿Desean algo? -dijo con ímpetu. Tenía el cabello corto y negro profundo.

-Un café cargado -le respondí velozmente.

Leah me observó de reojo y le respondió:

-Una lágrima y dos brownie,por favor.

La señora se alejó,moviendo las caderas graciosamente.

De lejos observé un rostro femenino, observandome penetrante y fría.

Tenía el cabello negro hasta los hombros. Se me hacía conocida,sólo que no la recuerdo.

-Ahora..vengo -le dije a mi amiga.

Ella hizo un ademán con su mano, mientras seguía sumida en su móvil.

Caminé hasta la silueta femenina,y de repente un hombre se cargó a su lado.

Ojos..
Rojizos.

Sentí que todo se derrumbaba y miles de estacas atacaban violentamente mi corazón.

-Un gusto volverte a ver, Kelsey Johansson -la voz grave de él,me revolvió el estómago.

-¿Q..qué hicieron conmigo?  -temblé. Ellos se observaron entre sí y se rieron fuertemente.

-Linda, averigualo tú. Nosotros no hemos hecho nada, pregúntale a tú pasado -la voz femenina captó mi atención.

Así fue como ellos desaparecieron rápidamente de allí.

Giré sobre mis talones y regresé junto a Leah, nuevamente con su teléfono.

BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora