Me dejé caer pesadamente sobre mi cama. Suspiré por primera vez al sentirme un pequeño pedazo de tranquilidad.
¿Mí pasado? ¿Qué hay con ello?, pensé.
-Oh aquí estás. Lo siento tanto hija, quise estar allí pero tenía trabajo -mi puerta se abrió violentamente dejándole entrar a mi madre en gritos. Se acercó a mí y me rodeó en sus brazos.
Me dejé llevar en ella, en su dulzón olor a perfume de durazno impregnado en su ropas. Aspiré nuevamente y suspiré por segunda vez en el día.
-¿Qué pasa, Kels? -me acarició la nuca maternal.
Sentí que unas cuántas lágrimas caían ligeramente. Mi pecho subía y bajaba. Ella me sujetó aún con más firmeza.
-Tuve tanto miedo, mamá..yo sólo..
-Sh, estarás bien, ya estoy aquí y no me iré -su voz sonó pastosa. Hizo que una gran duda se apoderada de mí.
¿Trabajo? ¿Sábado por la mañana? Imposible,razoné.
-¿Dónde estuviste mamá? -le solté de repente. Ella se calló. Yo me alejé claramente fastidiada y la fulminé con la mirada.
Mi madre bajó su cabeza y noté una lágrima resbalar por su mejilla-,¿¡dónde!? -chillé al notar que lloraba desconsoladamente.
-Sólo trabajo..sí,trabajo -sonrió con la sonrisa más falsa que pude haber visto-, sabes es el estrés y cansancio.
-Tú nunca trabajas los sábados. Es mentira,¡sólo dime dónde demonios estabas mientras yo casi muero! -le vociferé con enfado. Ella me observó cómo si estuviera buscándome algo en el rostro.
-¡Yo no tengo que estar dándole explicaciones a una niña como tú! -se levantó de la cama y se fue azotando la puerta.
Mi teléfono vibró en el bolsillo trasero de mis vaqueros. Lo saqué y leí en voz alta;
Espero que sepas perdonarme amiga, cuídate.
Marie.
Ella estaba actuando tan raro últimamente éstos meses. Se escabullía cuándo íbamos a salir o comenzaba a sacar los mismos temas siempre.
Vampiros.
Suena estúpido decirlo,pero siempre tenía esa obsesión de obligarnos a hablar de ello, y cómo resulta el final en una discusión entre Leah diciéndole que son puras mentiras.
Finalmente le tecleé que no le importa éso y pronto nos veríamos.
Apagué el móvil y me dejé otra vez caer en el paraíso de colchas.
Cerré párpados, y suspiré por tercera vez al escuchar un pacífico silencio. Me dejé fluir en mis extraños sueños. Dejando atrás la realidad.
(...)
Rodé los ojos al escuchar la cuarta discusión del día entre Leah y Marie.
Estaban irritandome fácil y mucho. Mucho. Hoy no era mi día de ánimos.
-Por una puta vez callarse,basta, por favor -les ordené en un fuerte grito. Todos en la cafetería me miraron y otros riéndose de mi comportamiento.- ¡qué mirás, imbécil! ¡qué te ríes! ¡te arrancaré las neuronas con mis dientes maldito demonio!
Todo quedó en silencio. Me senté en una mesa solitaria, por atrás con la presencia de mis dos únicas mejores amigas.
-Lo siento.. -se lamentó Marie en un tono lastimoso.
-Perdón, Kels. Somos las peores mejores amigas que puedes tener,¿cierto,Marie?
-Sí..sí -observé de soslayo que leía un libro con un gran porte de hojas.
Sonreí mentalmente.
Al fin algo que despeje mi mente, pensé.
Yo amo leer libros. Mi hobbie prácticamente.
-¿Qué lees? -le interrogué. Leah me miró confundida a mi cambio de humor y suspiró.
En cambio Marie me sonrió maliciosa y cerró su libro.
Me lo acercó y logré vislumbrar su tapa en negro y letras rojo..rojizo, cómo ésos ojos.
"Él Vampirismo"
Ésas palabras citaban allí. Sentí una presión en mi pecho al leer éso.
Tatuajes. Vampirismo. Rojizos. Blancos.
-Interesante..uhm..creo que iré al baño -se lo devolví rápidamente, mientras las palabras rondaban peligrosamente en mi cabeza. Me paré de allí y me escapé hacía el campus, para sentarme bajo el árbol de siempre y despejarme de toda esta..mierda.
Sí, éso diría yo.
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Blood
Mystery / Thriller-¿Vampiro? -le pregunté incrédula. Sentí que todo se derrumbaba, a la espera de su respuesta, cuando decidió hablar y dijo; -Sí.