3. Ilusión o Realidad

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No recuerdo exactamente las cantidades de copas que he bebido. Lo único que sé,es que han sido suficiente ya que me encontraba en la salida, mi vista borrosa y tambaleando hacía algún desconocido lugar.

Un estruendo provino cerca mío. Me exalté. Seguramente son algunos de los síntomas cuando estás borracha. Delirio.

Unos pasos se acercaban.

-¿Hola? -dije con un tono agudo chillón.

-Kelsey Johansson -pronunciaron mi nombre con arrogancia. Retorcí mis dedos nerviosa.

Tragué saliva y respondí;

-¿Qui..quién eres?.

Me sujetaron de atrás sin siquiera darme cuenta. Eran manos tan suaves como el algodón de azúcar. Suponía que sería una mujer ¿Iban a golpearme dos mujeres?

Pero me percaté que una silueta masculina se aproximaba a mí en lentos pasos. Paró frente a mí pero lo extraño era que no subía su cabeza.

-Sólo es tú imaginación. Estás borracha -dije en voz alta. La silueta que me tenía agarrada de atrás dió una sonora carcajada aguda. Simplemente es una mujer.

Empecé a forcejear al ver que él elevaba su cabeza para topar nuestras miradas.

Me observó incógnito detrás de sus ojos rojizos oscuros. ¿Rojizos? Es imposible.

El alcohol lastima gravemente mis capacidades mentales.

Vestía de negro, absolutamente de negro.

Respiró a unos centímetros de mi rostro.

-Déjenme -forcejeaba aún más fuerte, pero la chica tenía aún más fuerza ya que apretaba mis muñecas,hundiéndose sus largas uñas.

Colocó su dedo índice en mis labios.

-Es más difícil de lo que creía -la voz aguda de la mujer sonó tras mío.

-No me conocen,no los conozco. Déjenme malditos fenómenos -al emitir la última palabra,la chica dejó de sostenerme y me dió vuelta hacía ella, encarandola.

Sus ojos lucían frívolos y cansados. Eran de un color en particular,blancos como una hoja de papel.

Fruncí mis labios.

-¿Cómo dijiste?  -movió su cabellera negra que llegaba hasta sus hombros.

-Yo..

-Quiero saber,qué dijiste -me anunció con una tonalidad fría y seca.

Cuando quise responder,sentí una respiración tras mi oído izquierdo. Me tensé.

Sentí presión en mi cuello. Como si fuere que dos agujas se aferraban en él.

Un hilo de sangre bajaba por éste y se posicionaba en mis pechos.

Comencé a moverme inútilmente,pero no conseguía resultados.

Hundió sus colmillos aún más profundos. Coloqué mis manos en su espalda y la rasguñé dolorida. Me sentía débil, más que nada. Me caería desmayada.

Intenté emitir palabra, pero mi garganta impedía el habla. Finalmente, cuando el individuo comenzaba a deshacer sus colmillos de mi cuello,dije;

-¿Qu... -no pude reformular mi pregunta, ya que caí rendida en el suelo,rodeada de mi sangre.

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