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— ¡Ciego! ¡Pecas!— grito la cabeza llamada Katsuki— ¡Si quieren vivir vengan con nosotros! 

Izuku agarró fuertemente la mano de Shouto — guiando pobre chico — y siguió a la criatura de cuatro cabezas, el camino era irregular, provocando que se resbalaran de vez en cuando. El gigantesco dragón estaba arriba suyo, escupiendo un intenso fuego. La ansiedad de llegar al lugar seguro los consumía, sus respiraciones eran cada vez más agitadas y desesperadas, la mano de Izuku comenzó a temblar, tenía miedo de soltar por error a su acompañante. 

A lo lejos pudo divisar una pantano un tanto extraño. Este era de color verde, burbujeaba y tenía un olor podrido, este era venenoso y ardía, en medio del agua verdosa había unas gruesas rocas — Lo único que soportaba el calor infernal —. Atravesaron ese lugar, pero Shouto sea había quedado atrás. Gin chillaba sin parar, deteniéndose en cada roca y apartándose para que el bicolor pudiera pisar sin problemas.

— Rápido, Todoroki-kun — alentaba el preocupado pecoso.

— ¡Ya viene! — Gritó Kirishima.

El dragón se abalanzo sobre Shouto, Gin hacía los ruidos asustados alertando al de mirada heterocromatica. Cuando llegó al final, Izuku le agarró la mano, tirando de ella, cuando estuvo fuera del pantano corrió sin soltar su mano. La criatura de cuatro cabezas se fue hacía un agujero que había por allí, los dos chicos hicieron lo mismo y se deslizaron hasta llegar a una cueva.

— ¿Están todos bien? — preguntó Iida.

El polvo que se había levantado se fue disipando, dejando ver a los dos chicos en una posición un tanto comprometedora, el peliverde se encontraba recostado sobre el pecho de el bicolor, la vergüenza lo invadió, su rostro se tiñó de carmín, nervioso se alejó del tranquilizante cuerpo del joven de mayor altura. 

— Sí — respondieron a la pregunta al unísono.

— ¿En dónde estamos?  — preguntó asombrado el de rulos.

— Muy lejos de ellos — respondió Denki.

— Ahg, hubiera sido más fácil si no estuviera unido a ustedes extras — dijo Katsuki.

— ¡Katsuki! ¡Todos desearíamos eso, pero hay que aguantarse! — exclamó la cabeza azul.

— Vamos, chicos. Hacemos un buen equipo...— dijo, tratando de calmarlos, Eijiro.

— Sí, pero ellos no se dan cuenta de nuestro potencial — se quejó Kaminari.

Mientras el... los... ellos discutían, Midoriya ayudó Todoroki a pararse, ambos quedaron completamente empolvados y adoloridos por la fuerte caída, al más bajo se le ocurrió una loca idea.

— ¿Y si nos acompañan? — dijo con una gran sonrisa — Estoy seguro de que serían libres.

— ¿Enserio? — preguntó, con gran emoción, la cabeza roja.

— Sí, ¿qué te parece, Todoroki-kun? — el mencionado lo meditó antes de responder.

— Esta bien...— aceptó, pero claro que había una condición— Pero no quiero peleas entre ustedes.

La criatura no dijo nada, solo asintió — a excepción de Bakugo. Salieron de su refugio, dejando ver una vista asombrosa, aún faltaba mucho para llegar al reino y la espada no aparecía. Bajaron la empinada bajada. Caminaron un buen rato hasta que unos ruidos los alertaron.

— Tengan cuidado — dijo el ciego — Aquí viven los duendes... Son muy traviesos y les gusta...

La advertencia se vio interrumpida por las risas de las pequeñas criaturas. Estas pasaban por entremedio de sus piernas, desestabilizandolos. Pronto, los seres se dejaron ver, mas se apilaron de tal manera que se terminaron convirtiendo en un gigante. 

— ¡Corran!

Tuvieron que correr nuevamente, ¡quién sabe qué tenían planeado los duendes! El pecoso no conocía el bosque, así que el bicolor le iba diciendo a dónde debía ir, el dragón de cuatro cabezas les ayudaba a distraer a el gigante. Sin darse cuenta, cayeron por un precipicio, este no era tan peligroso, gracias a eso lograron escapar de el ser.

— No sabía que el bosque era TAN peligroso...— murmuró sin aliento Midoriya — Enserio, Todoroki-kun... ¿cómo sobreviviste?

— Experiencia... — respondió — ¿está oscureciendo?

— No, eso es porque eres ciego — dijo burlón Katsuki.

— ¡Kats!

— ¡Katsuki!

— Viejo, con eso no se juega.

— Sí, Todoroki-kun, ya se está haciendo de noche.

— Bien, entonces descansaremos aquí, el bosque es muy peligroso de noche.

Todos buscaron hojas para acostarse, ramas para prender fuego, comida para tener energías al día siguiente. Cuando hicieron la fogata, le pidieron al dragón su fuego, pero se enteraron que no podían, debido a sus condiciones, tampoco podían volar. Una vez que acabaron todo, la criatura se durmió rápidamente. El peliverde fue el siguiente en caer rendido al sueño, Shouto solía dormirse de inmediato. 

Sin embargo, algo le preocupaba, aquello era el chico que estaba a unos metros lejos de él, no sabía por qué se sentía cómodo con el bajo, en todo el rato que caminaron no paró de hablar, por alguna razón eso le tranquilizaba, era agradable estar con el de ojos verdes. Deseaba poder ver, así observar tranquilamente al chico. Sintió unos ruidos, estos eran producidos por Midoriya, como no estaba acostumbrado al frío del bosque corría el riesgo de enfermarse. A tientas busco el pequeño cuerpo, al encontrarlo lo acercó a él, otorgándole calor.

— Buenas noches, Izuku

...

A la mañana siguiente, el primero en despertarse fue Izuku, encontrándose preso entre los brazos de Todoroki, a pesar de estar avergonzado, lo observó con curiosidad, parecía tan tranquilo, en paz, cosa que no mostraba cuando estaba despierto. Después de unos minutos se despertó.

— Midoriya ¿estás despierto? — preguntó en un susurro.

— S-sí, Todoroki-kun. Buenos días.

El bicolor sonrío levemente, dejando embobado al pecoso. Luego de levantarse del suelo, despertaron al dragón y siguieron su camino. Gin fue explorando el lugar, luego de un rato, volvió chillando escandalosamente.

— ¡Gin encontró algo!

Siguieron al ave y al llegar pudieron ver la funda de la espada, junto a una gran huella, parecía ser — esta vez sí— de un gigante. Buscaron Escalibur por los alrededores, mas no se encontró, la espada no estaba por ninguna parte.

— Al parecer se la llevó — dijo el ciego — si seguimos el rastro podremos encontrarla.

— ¡Esto es tu culpa! — exclamó desesperado el chico más bajo — Si no nos hubiéramos detenido la habríamos encontrado a tiempo.

El más alto escuchaba en silencio las quejas de su acompañante, le dolía escuchar eso. Sin embargo un ruido lo alertó, estaba muy cerca y se aproximaba cada vez más. 

— Shh... Silencio— pidió.

— ¿Qué? ¡No! Escucha nosotros-

— Por favor, déjame escuchar hay algo aquí

— No pongas escu- ¡SHOUTO!

Midoriya gritó horrorizado, el mencionado fue herido de gravedad...

...

Hola ¿cómo están? Espero que bien, bueno... aquí esta el nuevo capítulo ¿qué les parece? Esta vez es más largo ¿qué creen que pasará ahora? Déjenlo en los comentarios... Recuerden de comentar, votar y disfrutar...

Nos vemos en otra historia...

Kurenai-kun...



La Espada Mágica (TODODEKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora