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Un triángulo amoroso
Y
¡Corre perra, corre!

Parte 2

•••

—¿Podrías bajar más rápido?— Pregunta Max, impaciente.

—¡¿Qué crees que hago, baboso?!— Respondo harto de sus quejas.

Max se queda callado y le agradezco a Dios por eso. Ya me tiene hasta los huevos con su insistencia.

Con cuidado paso mi pie hacia otra rama gruesa para así llegar a tierra firme. Me es sumamente complicado con una muñeca fracturada pero al parecer eso a Max le sabe a mierda.

Después de responder los mensajes de Alex, Max y yo tuvimos que encargarnos de mamá, optamos por mentirle con respecto a que nos iríamos a dormir temprano porque no habíamos descansado bien debido al insomnio a causa de las tareas. Mamá se comió el cuento y también se fue a dormir, lo que nos hizo mucho más fácil nuestra huida.

Como era de esperarse la puerta principal de la casa estaba cerrada no pudimos salir por allí, ya que, ni siquiera encontramos la llave. Al parecer mamá no es tan ingenua como uno cree y las escondió. El punto es que no nos quedó de otra que escaparnos por la ventana de mi habitación ¿Por qué la mía? Fácil, es más grande como para que un cuerpo entre y salga, también está este árbol gigantesco por el cual bajar.

Pero, no todo es tan fácil cuando solo puedes utilizar un brazo y tienes un hermano insoportable abajo esperándote. Que pesadilla.

—Hace mucho frio— comenta Max temblando ligeramente, frotándose los brazos.

—No es para tanto.—digo una vez que ya estoy en el césped de mi patio trasero—. Alex nos está esperando al final de la calle, muévete— lo empujo por la espalda.

Este suelta un gruñido pero acelera el paso. Todo esto no me da buena espina pero ¿ya qué coño? Ya estábamos afuera de la casa y Alex nos está esperando, sola, y eso me preocupaba. Aún ronda por mi mente el contenido de sus mensajes pero le preguntaría a ella una vez que la viera.

Tuvimos en varias ocasiones que escondernos en los arbustos de nuestros vecinos para cubrirnos de los carros que pasaban y una que otra persona sentada en su porche o asomada en la ventana. Éste es un vecindario bastante grande y el final de calle en donde nos espera Alex está a quince casas de distancia así que había que darle rápido.

En un momento dado choque contra la espalda de Max. Este se había detenido abruptamente haciendo que me cayera al césped por el impacto. Solté un gruñido y me levanté, limpié mi pantalón quitando los restos que quedaron de hojas y tierra. Dispuesto a saber porque se había detenido toque su hombro pero este no respondió.

Frunci el ceño al ver como Max se tensaba.

—¿Max? ¿Qué sucede?—Pregunto algo nervioso.

Max comienza a respirar agitadamente, levanta la mano y con su dedo índice señala hacia un punto enfrente de nosotros. Sigo con la mirada hacia donde está apuntado y cuando veo aquello también me tenso.

A nos metros de nosotros se cuentra una persona. Esta parada en medio de la acera y nos mira con detenimiento. Ladea la cabeza y con pasos lentos comienza a avanzar hacia nosotros. Su vestimenta no nos deja mucho que ver pero por su altura se ve que es una persona pequeña y delgada. Se acerca a nosotros con pasos rápidos.

Red De Identidades [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora