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Mi mejor decisión.

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Alex.


«Hazme caso, te meteras en problemas si sigues así»

«Alexis, Alexis, ¿Acaso quieres terminar metida en problemas?»

«La curiosidad mató al gato, recuerda eso cuando tengas impulsos imprudentes»

Las amonestaciones de mi madre me han estado atormentando últimamente desde aquella mañana que desperté envuelta este enorme lío. Alrededor de toda mi vida me han reprendido por mi enorme curiosidad, desde siempre lo he tachado como la peor de mis cualidades. Nunca me ha gustado ser así, sabía que algún día me traería problemas tal y como ahora. Vivo con el peso de la culpa sobre mis hombros constantemente, el haber metido a mis dos únicos amigos en esto fue lo más bajo que pude haber hecho. Someterlos a las consecuencias de mis acciones es algo que no me perdonaré nunca. No importa cuántas veces ellos me digan que es mejor estar los tres que solo uno tratando con esto porque yo sé que en el fondo les pesa. Y todo por mi culpa.

Paseo las yemas de mis dedos por las paredes color café de la mansión, reparando los cuadros de pinturas que, apesar de ser abstractas, mandan un mensaje tétrico y siniestro. Todo aquí tiene ese aire luctuoso y macabro que me causa escalofríos cada vez que entro a este lugar. Acelero mis pasos deseosa de salir de estos pasillos. En un lugar donde habitan asesinos debes tener cuidado con quien te cruzas.

Me detengo en seco cuando lo veo al final del pasillo. «Hablando de cruzar...» hago el amago de darme la vuelta y regresarme por donde vine aprovechando que no se ha percatado de mi presencia.

—Alexis... —susurra su voz a mis espaldas haciendo que un escalofrío me recorra la espina dorsal. Se me erizan los vellos con solo sentir su aliento en mi nuca.

Trago saliva, encarandolo. Sus ojos mirándome con fascinación escalofriante. Me sonríe con malicia, yo por el contrario trato de mantener el perfil bajo.

—Hola Pod... —Saludo en voz baja.

Ladea la cabeza divertido. Se recuesta de la pared, cruzándose de brazos. Sus bíceps se contraen remarcando sus venas. No mentire, Pod está buenísimo, ese semblante siniestro que carga y esos tatuajes lo hacen ver muy atractivo. Tal vez si no fuera un asesino caníbal degenerado tendría algo con él. La palabra clave es "Tal vez".

—La bella Alexis, cuéntame ¿Qué haces merodeando por los pasillos sola a estas horas? —pregunta con altanería.

Frunzo los labios confundida. ¿Sola a estas horas? Pero si apenas son las 3 de la tarde. Descarto decirle eso y al contrario digo:

—De hecho estaba de paso. Hasta que... ya sabes, apareciste tú.

—Que suerte la tuya entonces.

Arrugo el entrecejo. ¿Qué se ha creído este?

—Créeme que sí —espeto sarcástica.

El rie y se acerca. Doy tres pasos hacia atrás y él dos adelante. Me mira con deseo y esa fascinación que se volvió extraña para mí desde esta semana. Me ha estado acosando y "topandose" conmigo por mera "casualidad" sí, claro.

Red De Identidades [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora