• - U N O - •

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El timbre del recreo sonó.

- Que frío hace man. - Escuché decir a Juliana apenas cruzabamos la puerta del patio. Yo asentí con la cabeza.

- ¿Trajiste algo para comer? - Le pregunté, poniendo mis manos en los bolsillos. Ya sabía la respuesta, pero se había vuelto costumbre entre nosotras preguntar.

- No, otra vez. - Contestó desganada. Pero, de pronto, sus ojos viajaron hacia mis espaldas y los abrió con asombro, volviendo a hablar. - Pero hay un bombón al que me comería sin problema.

Yo fruncí el ceño y giré, para encontrarme con el rostro de Valentin Oliva junto con sus amigos, no muy lejos de nosotras.

- ¿Otra vez con ese pibe? - Rodé los ojos con fastidio. - Estuviste babeando la mesa toda la hora de matemáticas mientras lo mirabas.

- Evelyn, ¿no viste lo que es? - Juli mordió su labio, embobada, y negó con la cabeza mientras permanecía en su nube de amor. - Es hermoso.

- No es la gran cosa. - Le dije sin interés.

Mi mejor amiga, estaba completamente enamorada de Valentin Oliva, el pibe de nuestra clase con el cual nunca cruzabamos palabra. Yo nunca le di tanta importancia; me parecía el típico chico lindo y canchero que se creía mil veces mejor que todos a su alrededor.

- ¿Decís que le hable? - Me preguntó, aún sin quitar su mirada del castaño.

- Escuché esa pregunta muchas veces. - Sonreí divertida. - Andá y hablale, Juli.

La pelinegra enganchó su brazo con el mío. - Pero acompañame, que vos sos amiga de su amigo, Tadeo.

- No es mi amigo. - Reí, negando con la cabeza, mientras empezábamos a caminar hacia el grupo de chicos. - Hablamos un par de veces por cosas de tarea.

- Ese pibe te tiene las re ganas, Eve. - Me sonrió con picardía. - No te hagas la tonta.

- Ay callate, basta. - La empujé suavemente y reímos.

Aunque me hacía la boluda, sabía que había onda con ese chico. Nos habíamos hablado un par de veces por cuestiones de tarea, pero siempre me tiraba alguna indirecta directa dejando en claro que le atraía. La verdad es que a mí me atraía un poco también, pero nunca se dió nada entre nosotros.

Luego de algunos segundos, Juliana se dió media vuelta bruscamente haciéndome sobresaltar, para caminar hacia el lado contrario.

- No puedo. - Me dijo con la mirada en el suelo, tristemente. - Perdón.

Yo le sonreí de costado en forma de apoyo. - Tranquila, la próxima será.

Juli era una persona muy tímida cuando se trataba de alguien que le gustaba, o que no conocía bien. Le costaba hablar con las personas sin trabarse o no quedarse sin tema de conversación. Yo siempre fui más suelta, no me importaba mucho lo que pensaran de mi, y hablaba con bastante confianza. Era como una diferencia que teníamos las dos, pero que nos unía más.

El timbre sonó nuevamente, dado por finalizado el recreo.

- ¿Qué tenemos ahora? -Pregunté, tratando de recordar el día en el que estábamos. - ¿Literatura?

Juliana dudó unos segundos antes de responder. - Historia, si no me equivoco.

- Uh, que paja. - Bufé con cansancio mientras nos dirigíamos hacia el salón.

El profesor de Historia no podía ni abrir la boca que ya te daba sueño. Escuchar su voz era lo mismo que escuchar ópera en vivo, te dormías sin evitarlo.

• c u p i d o ; wos •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora