"La sangre de inocentes siempre será la primera en derramarse".
Mis piernas respondían torpemente a mis órdenes de ir más rápido.
Me estrellé en repetidas ocasiones contra puertas y columnas.
Ni siquiera podía respirar normalmente.
La sensación de ahogo incrementó exageradamente junto a la de saber que algo realmente malo para nosotros había llegado a la iglesia.
—¡Niños!— dije en medio de jadeos al entrar a la cocina.
Los cuatro estaban allí, limpiando, tranquilos.
—Kleo... Mar... Grecia... Erick...— pude relajarme un poco al ver que todos estaban bien.
—¿Qué te pasa?— Grecia me miró con fastidio.
—Oye...— Mar se iba acercando, pero se detuvo repentinamente y su cara cambió a una expresión más oscura —tenemos que ir abajo, ya— dijo de repente.
—¿Por qué...?
—¿Ya...?
Erick y Kleo no parecían muy de acuerdo.
—Vamos, juguemos a escondernos de los tíos que van a llegar pronto, ¿Sí?— quise ocultar mi creciente ansiedad y con suavidad los fui sacando del lugar.
—Mar, ¿Qué pasa?— Grecia preguntó a su hermana.
—Grecia, debemos irnos ya, no podemos quedarnos aquí— Mar me miró, preocupada —algo malo está pasando.
Grecia dejó de lado su usual terquedad y salió junto a los otros tres.
—¿Y Luke...?
—Está fuera... yo...
—Tranquila, él es el más fuerte que conozco, y nosotras también somos fuertes, ven, debemos ocultarnos en el sótano— Mar me tomó de la mano y rápidamente salimos de la cocina.
Tras una de las últimas columnas del lado izquierdo de la sala, una puerta del mismo color de la pared se encontraba escondida, al entrar allí, habían unas escaleras en forma de caracol. Entendí que esas entradas secretas no eran únicamente tendencia en Gabriel.
—Aquí debemos estar seguros...— la mayor de todos se veía claramente asustada.
—¿Qué estoy haciendo...?— pensé al verla así —una niña tiene más compostura que yo, debería darme pena...— dije al darme un pequeño golpe en el rostro.
Ellos se me quedaron viendo raro.
—Todo va a estar bien, no pasa nada, yo estoy con ustedes, y sé que no lo parece, pero soy bastante fuerte— dije, fingiendo una sonrisa, pero temblando.
Mar y los otros se fueron hacia la parte más oscura de la habitación, y yo me quedé justo al pie de las escaleras, concentrándome.
Cerré los ojos, en medio de la oscuridad, varios hilos comenzaron a aparecer, pude reconocer fácilmente los que pertenecían a quienes estaban abajo conmigo, también el de Luke, que justo estaba brillando con intensidad.
Pero...
—Estos... estos hilos... tienen un aura absurdamente horripilante...— tragué saliva al ver claramente cuatro de esos hilos como si gotearan sangre vieja, oxidada —aunque... siento que pueden haber más, pero no los veo...
Hice un esfuerzo mayor para ver si podía dar con los demás que creía también estaban allí, pero no pude.
—Esto es... raro...
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El señor de las llamas: vida y muerte
FantasyLa magia normalmente es vista como un milagro, algo que crea héroes, un suspiro de vida, pero, no siempre será así. La magia también es una maldición, algo que las personas están obligadas a cargar consigo, una eterna responsabilidad que no pidiero...