Morphine © [✔]

Capítulo 6

Lunes.

De nuevo.

Pasé todo el fin de semana haciendo, literalmente, nada. El sábado fui un rato a casa de Claudia e hicimos el trabajo bastante rápido. Hablamos un poco y tal y en menos de dos horas, ya estaba en mi casa de nuevo.

El domingo me dediqué a ver series en mi cuarto y bajar para llevar más comida. Si seguía comiendo así, iba a rodar escaleras abajo; ya de por sí yo no soy demasiado delgada.

En fin, dormir, comer, mirar el televisor, nada demasiado interesante.

Por suerte, esos días el clima mejoraba y cada día el Sol se notaba más entre las espesas nubes, típicas del lugar.

Nunca supe de mi sombrilla de nuevo.

—¡Mamá me voy! —grito en lo que salgo por la puerta.

Esta vez, camino más animada por la calle. Llevo la chaqueta de Edward doblada y planchada en mi mochila para dársela en el momento en que lo vea.

Ayer hizo una semana de que nos mudamos a Hamptown. Aún no me acostumbro mucho a este lugar pero por lo menos no me molesta tanto como el primer día.

Ya no quedan charcos en el suelo, debido a que ya no ha llovido más y no se ve tan sombrío y poco acogedor.

Finalmente, llego a la escuela tras caminar apresurada. Iba un poco tarde pero conseguí llegar al tiempo justo que todos subían las escaleras. Una vez en la cuarta planta, Ed me llamó.

—¡Allyson! —camina con paso apurado a través de los estudiantes para llegar hasta mí.

—Hola Ed —le sonrío.

Aún teníamos unos minutos antes de iniciar las clases.

—Aquí tengo tu chaqueta —digo en lo que abro mi mochila para sacarla y ponerla en sus manos—, gracias.

—No hay de qué —responde y me sonríe—, me estaba preguntando si cuando terminemos las clases me podría ir contigo, tengo que preguntarte una cosa.

La curiosidad comienza a invadir mi sistema y un montón de preguntas sin coherencia amenazan por formarse.

—Claro —asiento en lo que acomodo mis libros en el casillero.

—¿Qué clases tienes ahora? —pregunta.

—Literatura —digo y sostengo mi mochila con los libros necesarios.

Ed se me queda mirando unos segundos.

—Dame eso —dice y coge mi mochila—, te acompaño hasta tu salón.

—Gracias Ed, pero no es necesario —le contesto.

—Insisto, Allyson —responde y me da una leve sonrisa.