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El viaje de regreso a casa se me hizo eterno, no podía dejar de pensar en la sensación de su mano en mi centro, había olvidado lo bien que se sentía

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El viaje de regreso a casa se me hizo eterno, no podía dejar de pensar en la sensación de su mano en mi centro, había olvidado lo bien que se sentía.
Además dentro de mi estaba la espinita de adrenalina de pensar que cualquiera de los niños pudiera despertar, no se, ya estoy vieja pues jaja y todo me emocionaba.
20 minutos que sentí eternos pasaron y llegamos por fin a la famosa casa donde nos estábamos quedando por la boda de Ovidio; aunque ya me urgía también irme a mi propia casa, no podía soportar estar en la misma casa que esta gente, simplemente no podía, me exasperaban, siempre.
-Ya déjate de estar comiendo esa mentecita, ya llegamos.-la voz de Iván me saco de mis pensamientos.
Solté un suspiro un poco inaudible y me baje de la camioneta para ir por las bendis,  iba a sacar primero a Archi cuando uno de los hombres de Iván lo agarro, luego Iván agarro a Julieta y yo como siempre a Samarah.
Entramos a la casa que estaba totalmente vacía, Iván no perdió tiempo y le indicó al hombre donde debía de dejar a Archivaldo, luego salió tras el y por último iba a yo a paso lento tratando de recobrar mi sentido común, pero era imposible, ya no estaba ahí.
Cuando menos me lo espere ya estaba en uno de los tantos cuartos con Iván encima de mi besándome con rudeza.
Rodee con mis piernas su torso para acercarlo más a mi.
Sin esperar más busqué el cuello de su camisa a cuadros y jale como todas mis fuerzas haciendo que los botones salieran por doquier.
-Y el desesperado soy yo.- murmuro sobre mis labios riéndose levemente.
Lo mire con los ojos entrecerrados y con mi talón le di un golpe en la espalda baja, estaba apunto de reclamarle pero me adelanté y pegue sus labios a los míos una vez más.
Poco a poco la ropa fue desapareciendo, sentí sus besos recorrer todo mi cuerpo haciéndome temblar, no aguantaba más, lo necesitaba.
-Iván....-jadee al momento que sentí que separaba mis piernas.
-Mande.-buscó mi cara y me miro pícaro.
-Joder hazlo ya.- lloriquee sintiendo sus lentas caricias dentro de mi.
-¿Hago qué, Amapola?.
Estaba buscándome nada más, quería que le rogara por ello.
-Pinche Iván hazlo ya o voy el machete y te mocho el pito.-lo amenace y cerré los ojos de nuevo cuando sentí que alcanzó mi punto.
Alce las caderas en busca de más contacto y escuché su risa.
Apenas iba a reclamarle nuevamente cuando sentí como se hundió de golpe en mi haciéndome soltar un gritito de sorpresa.
-¿Esto era lo que querías no?.-me pregunto con su voz jadeante mientras seguía moviéndose dentro de mi.
-Mierda Iván.-intente ocultar mis gemidos mordiendo con fuerza mi labio.
Me agarro de las caderas y siguió con su trabajo intentando hacer el menos ruido posible.
Hundió su cara en mi cuello el cual empezó a besar encontrando mi punto débil que justamente él había descubierto años atrás.
-No puedo soportarlo más, no puedo, estoy cerca.- susurre en su oído retorciéndome bajo de el.
-Déjalo ir, hagámoslo junto, hazlo Ampi.-y con esas simples seis palabras sentí como el nudo en mi estómago se desaparecía dejándome en una nube de alivio y placer.
-¿Gala, estás aquí?.-
-Cornelio...-
Xx
Ese compa ya está muertooooo, nomasno le han avisadoooo

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