Un sueño.

4 0 0
                                    

Esa noche, te soñé. No quería decírtelo porque igual pensabas que era una osadía; pero ese día cuando te miraba no dejaba pensar en aquel sueño. Yo surcaba los mares, en un ajetreo intenso donde mi mirada se tornaba borrosa por el agua en mis ojos, y después simplemente me perdía en el mar. 

Aquel día tú llevabas una coleta alta, y no llevabas apenas maquillaje. Tus ojos azules me hacían recordar el sueño, que entre aquel mar, cuando llegué a tierra, te encontré. Llevabas un vestido blanco, corto y tu larga melena al viento. Estabas de pie, sonriéndome. Yo simplemente me levantaba, sin saber bien cómo había llegado hasta ahí. Pero sentía que era donde debía estar.

Marinero, me llamabas y yo reía tendiéndote la gorra mojada que reposaba en mi cabeza.

Aquel día, tú me sonreíste en el parque, con tus botas dibujando en la arena de donde estaban los columpios. Estábamos con nuestro grupo de amigos, pero yo ya no te miraba como la de siempre. 

Aquella noche, a la luz de la luna, entre el mar y la arena, compartíamos una historia de amor que solo era real cuando cerraba los ojos.

Dejar de pensarte podría ser fácil, pero dejar de soñarte era como dejar de respirar intencionadamente.

Aquel día, cuanto te vi besar a Jaime, tu novio y mi mejor amigo, supe que tú y yo solo nos encontraríamos por las noches.

Cuando cerrara los ojos.

Relatos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora