Impulso animal

Lo hice, yo la maté.
Estaba con sus amigas, tenía puesto una blusa roja y una falda negra que dejaba ver su suave piel a través de esta, más de lo que tendría que mostrar, sabía que intentaba provocarme, sus miradas a los costados, los movimientos de sus delicadas manos, ella intentaba y había logrado captar mi atención.
Me acerqué a ella por su espalda, ahora evidenciando lo fina que es su piel. Le invité un trago y le propuse bailar conmigo, se negó, dijo que quería estar en su propio espacio, así que me alejé y esperé a que sus amigas se fueran, detallando mejor cada movimiento y cada gesto que emitía.

Las chicas por fin se habían largado de la fiesta, estábamos solos, me deseaba, podía verlo en cada movimiento, gritaba mi nombre con cada mirada que cruzaba conmigo. Di el primer paso, intenté ser amable y le pregunté si quería subir a la habitación, simplemente se opuso a mi propuesta alejándose con una sonrisa en la cara, mis encantos no pudieron con ella.
Se burló de mí, se digno a rechazarme, así que simplemente me dejé llevar por el impulso contenido. Tomé su brazo, la hice girar por la fuerza impuesta y la dejé contra la pared, su cara reflejaba shock, sin emociones, le bajé la falda y ella reaccionó, gritó. Pero solo escuché el sonido de la lujuria.
Mi mirada se dirigió a su cuerpo para observar cada curva que tenía, Pasé mi lengua por sus pechos, se resistía, forcejeaba, intentaba luchar así que la tomé del cuello y sostuve con fuerza sus muñecas probablemente dejando marca de mis dedos en estas , tenía la piel tan suave, tan fina, deliciosa, era perfecta.
Ella tenía que ser mía, le quite la ropa interior mientras la sostenía con una mano y me baje mis pantalones con la otra, intentaba gritar pero ella no podía soltar una palabra.
La penetre, se desesperó e intentó golpearme, arañarme, ella quería escapar, sus ojos estaban llorosos, pero en su cara había una mezcla de desesperación lujuriosa y yo quería que se convierta en mi Afrodita.
Logro soltarse con una patada de sus tacos y se largó a correr, yo debía detenerla, tenía que volver conmigo así que corrí hasta que la alcancé. No lo pensé, la furia que tenía en ese momento me hizo ver todo rojo, la ira dominaba mis entrañas y simplemente tomé una piedra.

Para cuando ella había girado su cuello para ver mi distancia la había golpeado en la cabeza con todas mis fuerzas, ella cayó al suelo, dejando un teñido rojo donde estaba su flamante cabello.
Yo estaba enojado, así que una vez en el piso comencé a patearle con fuerza sintiendo el contoneo de sus huesos temblando ante mi toque, pero espontáneamente sus ojos se tornaron grises y sus latidos desaparecieron, dejando su hermoso cuerpo con ojos suprema mente abiertos llorosos, y su boca entre abierta.
Mi rabia se apoderó de mi cuerpo, ya no tenía control sobre el, solo sentía un sentimiento de deseo y lujuria; un impulso animal me consumió. Me puse encima de su cadáver, volví a mi tarea, volví a meterme dentro de ella manejando su cuerpo fácilmente a mi gusto y pude sentir lo que era el amor.