Winter Soldier OS

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R U N

Advertencia: ninguna.
Nota: Se recomienda leer este OS escuchando Run Boy Run, de Woodkid. Sin más dilación, disfruten. (La tenéis arriba, junto a la imagen de Bucky)
Palabras: 1410

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Alguien entró al apartamento. Por un momento pensó que se trataba de Bucky, tras haber ido a comprar algo de fruta al mercado, pero al asomarse por la puerta de su habitación con cautela y ver aquel famoso emblema tricolor en el escudo, supo que estaban en problemas.

Un problema tan serio como para requerir al mismísimo Capitán América.

Retrocedió despacio, con pisadas tan sutiles y silenciosas como el vuelo de una mariposa. No podía despegar la mirada del rubio, observando como él analizaba y buscaba por el salón y la cocina. ¿Y si entraba en su escondite? Notaba como el corazón le latía desenfrenadamente en el pecho, amenazando con salir disparado de un momento a otro. Necesitaba esconderse en otro sitio más seguro, y rápido.

Y para colmo, Bucky seguramente estuviese a punto de llegar.

Abrió un poco más la puerta, con suavidad, procurando hacer el menor ruido posible. Steve, por otro lado, y bajo la mirada atenta de una furtiva __________, inspeccionaba cada recoveco de aquella pequeña y bien recogida cocina americana, creyendo estar solo. Ojeó las páginas de un periódico del revistero, en busca de algo pudiese decirle algo más sobre su amigo de lo escuchaba en las noticias. Observó con detenimiento el salón, las paredes color beige de florecitas pequeñas y los muebles de colores apagados.

En aquel momento, se dio cuenta de que allí solo parecía vivir una persona, en vez de dos.

Su mirada recorría de pies a cabeza a aquel hombre del escudo, con un sentimiento entre angustia y curiosidad.
Era esbelto, con una espalda exageradamente ancha y que, bajo aquel traje azul oscuro, parecía estar bien trabajada. Andaba de forma etérea, como si fuese un robot programado para recorrer la habitación. Intuyó que sus ojos serían de algún color claro, como los de Bucky, por su cabello corto y rubio. Había algo en su rostro que la intrigaba, obligándola a no despegar la vista de este: le resultaba realmente familiar, como si llevase casi todas sus vivencias impregnadas en el rostro, como si su vida fuese un libro que todo el mundo hubiese leído, excepto ella.

Sabía que era Capitán América, de eso no cabía duda alguna. ¿Pero porqué le recordaba tanto a Bucky? Estaba claro que el temor de ser descubierta en cualquier momento no le dejaba pensar con raciocinio.

Caminó con sigilo, hasta llegar al baño sana y salva, aprovechando mientras que Steve husmeaba en lo que parecía ser... ¿el diario de Bucky? Lo que Rogers no sabía es que a varios metros de él, una antigua ex-prisionera de HYDRA lo observaba, escondida en la tenue oscuridad del cuarto de baño.

Cotilla, meditó. Ahora solo le quedaba esperar, agazapada en su escondite.

Y pareciéndole que el tiempo transcurría demasiado despacio, el suave tintineo de las llaves al otro lado de la puerta advirtió al cabo de un rato a __________.
Bucky había llegado.

Steve no pareció haberlo escuchado entrar. Estaba aún buscando pistas, como si siguiese las órdenes de alguien más bien.

—Entendido —escuchó, al fin, la voz amortiguada de Steve, desde la otra habitación. De cuclillas y expectante, observó a Bucky aparecerse despacio tras él, sin despegar la vista del intruso.

En aquel instante, Rogers, notando su presencia, se giró despacio, analizando de arriba a abajo con la mirada a quien tanto tiempo había estado añorando y más tarde protegiendo, cuando se enteró de que aún estaba vivo.