Capítulo 16: Noche Buena.

2K 99 4
                                    

 Los meses pasan y las pruebas se acumulan en mi calendario, son las semanas más tortuosas de mi vida, pasé los últimos dos meses encerrada estudiando junto con mi soledad, cómo Kian de un día a el otro desapareció me quedé sola con los libros de química y geografía. Por fin terminaron las clases, tiro mi mochila a el fondo del armario, lo peor es que odio esta semana de Diciembre ¿Porqué? Creo que es obvio, se acerca navidad y la voy a pasar sola cómo en estos últimos años, Mercedes se la pasa con su nuevo novio que conoció en Europa, a veces la paso con Kian, pero su mensaje de voz ya me dejó claro que voy a pasar noche buena y navidad, sola.

─Hola, Mads, soy Kian. Perdón pero esta noche buena y navidad las voy a pasar en España con mis tíos, mis papás y yo te desaseamos una muy linda navidad. Te quiero Maddy y perdón otra vez─ repito una y otra vez su mensaje de voz, hasta que me harto y lo borro.

 Apoyo mi mentón en la palma de mi mano, falta un día para que sea noche buena, mi casa está vacía, Dorota ya terminó su turno y se toma vacaciones, la sala esta solitaria, sin ningún árbol de navidad ni luces, ahora mismo me siento como el Grinch. Mi celular suena por una llamada entrante de Christopher. Pongo los ojos en blanco.

 ─Hola Mads─su voz sale del auricular.

─Hola─ saludo

 Un silencio incómodo inunda la línea, escucho cómo aclara su garganta.

─Eh ¿Con quién vas a pasar noche buena?─tartamudea.

─Mm─digo dudosa─ con mis tíos─ miento, ni yo quiero aceptar que en realidad estoy sola.

─ ¿Quieres pasarla conmigo? No sé si te parece… Si no…

Estoy sorprendida, muy sorprendida, nunca me imaginé esto. Sonrío.

─Si, me parece bien─ lo interrumpo.

─ ¿En serio?─pregunta incrédulo

Pongo los ojos en blanco ─Si, tonto─ sonrío.

─ Entonces te espero ,mañana, en mi casa a las nueve de la noche, creo que no hace falta que te diga la dirección de mi casa─ ríe.

 Río ─Gracias, chau─ corto la llamada, suspiro feliz, no puedo creer que una llamada me haya cambiado mi estado de ánimo, eso es increíble.

 Salgo de la ducha y me adentro a mi habitación. Estoy hace media hora, sacando ropa de mi armario y poniéndola sobre la cama, silla, mesa, no me decido, saque varios vestidos, zapatos, jeans, blusas ¡De todo! Y lo peor es que no me decido, me paro frente a el espejo con un vestido negro, suspiro frustrada, muy dark, pienso, me deshago de ese vestido y me pruebo otro con flores ¿Qué hace esto en mi armario? No lo sé. No muy de nenita, critico todos los vestidos que me voy probando, hasta que doy con uno blanco, se ajusta perfectamente a mi torso y termina como una campana, me tapa medio muslo, giro y veo que tiene la espalda abierta, sonrío feliz de que al fin encontré uno. Pero todavía siento que le falta algo, busco en mis cajones hasta que lo encuentro, rodeo mi cintura con un pequeño cinturón de eslabones dorados, lo anudo y lo que sobra, dejo que descanse a un costado de mi cadera.

 Me seco el pelo y lo plancho, me paso rímel y brillo en los labios, busco unos tacos negros y una cartera del mismo color, busco mi celular y me fijo la hora son las nueve de la noche, perfecto.

 Toco el timbre y me doy cuenta que mis manos están sudando a mares, las seco sobre mi vestido y aclaro mi garganta cuando se abre la puerta, aparece Christopher con un traje impecable, su saco se ajusta a su torso al igual que sus mangas a sus brazos, está fantástico, su pelo castaño está desordenado y me hundo en el verde de sus ojos, sonríe y se forma un hoyuelo en una de sus mejillas.

Corazón de acero © EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora