Capítulo 12: ¿Esconderme o enfrentar?

2.2K 96 5
                                    

-¿Y qué pensas hacer?-pregunta Kian una vez que termina de escuchar todo mi relato sobre el extraño comportamiento de Sally y la invitación.

-Voy averiguar por qué se comportó así de extraña conmigo-digo tomando un sorbo de mi capuchino.

-¿Vas a ir?

Suspiro. Miro a mi alrededor contando cuantas veces la campana suena avisando que un nuevo cliente entro al local, las personas sentadas en sus sillas con sus cafés calientes sobre sus mesas, adolescente, adultos y mayores de edad hablan sobre acontecimientos de sus vidas ajenos a las conversaciones de los demás. No sé que debería hacer si ir o no ir a la estúpida fiesta de esa operada. Tengo que admitir que me da curiosidad saber porqué de la nada me trata bien y lo de la invitación.

-Madisson-una mano se mueve frenéticamente a centímetros de mi cara. La aparto de un manotazo.

-¿Qué?-contesto bruscamente, me saco de mi ensoñación.

-No respondiste mi pregunta-¿Vas a ir o no?

-Que se yo.

-Si vas a ir-responde por mi-se que tu curiosidad te va a ganar-asegura con una sonrisa.

Pongo los ojos en blanco.

-Está caliente-advierto cuando posa sus labios sobre el borde de la taza blanca pero el la evade y bebe el líquido hirviendo, sus ojos se abren más de lo normal cuando, supongo, que el café ya toco la punta de su lengua. Azota, la pobre taza que no tiene nada que ver, contra la mesa de madera. Saca la lengua que está de un color rojo vivo y comienza a abanicarse con las manos. Río.

Agarra el vasito de vidrio donde descansa el agua cristalina y se la toma de golpe.

-¡¿Porqué no me avisaste antes?!-Se queja con una mueca.

-Te avisé, pero no me prestaste atención-me encojo de hombros con una risita.

Me fulmina con la mirada.

-No es gracioso, ahora me van a crecer apoyas en la lengua-comenta serio.

Río. La mesa vibra y dirijo la mirada a mi celular, que se encuentra sobre la mesa, la pantalla está iluminada con el nombre de DOROTA. 

-Hola Dori-atiendo.

-Hola Madi, perdón por llamarte. Pero es algo importante

-No interrumpiste nada importante. ¿Qué pasó?-pregunto.

-Doña Mercedes se fue de la ciudad por cuestiones de trabajo y ya terminó mi turno. ¿Queres que te espere hasta que llegues? Así te abro la puerta y me quedo un rato con vos.

-No, está bien, no te hagas drama Dori, tengo las llaves. Anda tranquila que seguro Melisa y Martín te deben extrañar.

-Gracias Madi, cuídate-pide

-Sii

-Te quiero.

No respondo y Corto la llamada

-¿Melisa y Martín son los hijos de Dorota?-pregunta Kian soplando su café.

-Si-afirmo-Me llamo porque Mercedes se fue otra vez de la ciudad por "el trabajo"-hago comillas con los dedos.

Kian me mira fijo sin ninguna expresión en su rostro pero  puedo presidir en sus ojos un brillo de compasión y pena. Niego frenéticamente con la cabeza.

-No necesito de tu pena Kian-digo con seriedad en mi voz.

Parpadea varías veces y baja la cabeza.

Corazón de acero © EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora