Narra Ilarien.
Nuestras miradas peleaban por ver quién tenía el control de la situación, quién dominaba a quién, porqué estaba claro que ninguno de los dos iba a ceder.
Me levanté del suelo, firme, sin dejar de mirarlo, sabía que él me deseaba pero yo no era juguete sexual de nadie ni por más bueno que este él.
—Profesor —alzó su cabeza de manera egocéntrica— usted me gusta, así que no volveré a acostarme con usted —Me miró sorprendido al escuchar que me sinceraba con él. Nunca le había dicho que él me gustaba, tal vez por eso el me veía solo como otra mujer con la cual pasar el rato— no quiero ser su pasatiempo, la próxima persona con la que salga la tomaré enserio —su silencio decía mucho, entonces sonreí— y sé que esa persona no es usted.
Recogí mi maleta y me dirigí hasta la puerta sintiéndome sumamente dolida, aun siento que esto es mi culpa, ¿por qué lo acepté desde un principio?, si lo nuestro solo fue algo que sucedió una noche.
—¡Diablos! —la puerta estaba cerrada, sentí como se levantó para abrirla y mi corazón empezó a latir lentamente como si la presión se me bajara, pegué mi cabeza contra la pared.
El sonido de la llave abriendo la puerta era tan tormentoso, ya que ni él ni yo hablábamos. Antes de abrirme la puerta tomó mi brazo pero yo no lo miré.
—Lo tendré en cuenta —susurra.
—Yo no quiero que tenga en cuenta nada —salgo molesta y corro lejos de él, ya estaba cansada de sus arranques de celos e inmadurez, quería entenderlo pero simplemente no podía justificar su actitud. ¿Me quería o me odiaba?
Salí del instituto y me encontré con Lena esperando en un rincón del edificio bajo la lluvia.
—¿Lena? —. ¿Qué hacía aquí?, le dije que se fuera, pobrecita me estaba esperando con este frío terrible— ¿qué haces aquí?, te dije que no me esperarás, mira ya está lloviendo —le doy mi chaqueta para que se cubra.
—Lo siento Ilarien, es que te extraño mucho y llevamos tiempo que no hablamos, necesito uno de tus consejos... No quiero irme a casa todavía —su voz sonó muy tierna y no pude evitar reír apreciándola. Lena vivía con sus padres pero siempre estaba muy aburrida porque ellos no pasaban en casa— no me olvides, por favor — me abrazó de improvisto, le devolví el abrazo riéndome con ella.
¡Ay Lena!, si supieras todo lo que me sucede no estarías abrazándome ahora.
—Perdóname Lena —la abrazo con fuerza pidiendo disculpas por todo el daño que le estaba haciendo.
—¡Ilarien! —volteo y veo al profesor Leonard corriendo hacía nuestra dirección, me quedé helada mirándolo sin soltar a Lena —espera, ¡perdóname! —exclama y Lena se voltea, entonces el profesor no puede ocultar su sorpresa.
—¿Profesor? —Lena lo mira con una actitud extraña separándose de mí— ¿qué pasó? —en la universidad solo quedábamos nosotros y las personas de limpieza que estaban muy separados de nuestra presencia ya que era muy grande la distancia del edificio.
—Nada —responde observándome preocupado.
—Está bien, la próxima revise bien mi tarea, vámonos Lena —dije fríamente mirando la lluvia que no cesaba, el profesor estaba mojado arreglando su cabello sin saber que decir.
—Adiós profesor —Lena le sonríe y me sigue entre la lluvia.
Caminamos hacía el metro y esperamos a que llegue el nuestro para irnos a casa, me quedé callada buscando el dinero de la tarjeta y pensando en Lena, qué no había dicho ni una sola palabra desde que llegamos al paradero.
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Mi Profesor Descubre Que Escribo En Wattpad © ✔ |Edición|
RomansUna sola palabra; Cuarentena. La cuarentena nos estaba volviendo locos sin alcohol, encerrados, y sin sexo. Es entonces que Ilarien y su profesor de inglés empiezan a tener conversaciones subidas de tono para pasar el rato. Atención contenido +18 To...