Maratón: ||Capítulo 15 || La Verdad.

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Narra Ilarien.






El estacionamiento estaba vacío pero muy pronto comenzaría a llenarse por la cantidad de profesores que salen de sus clases.

Aleisha estaba allí mirándome con repugnancia mientras se reía en mi cara, las alarmas del carro dejaron de sonar y todo volvió a quedar en profundo silencio. Fruncí mis labios apretando las llaves del carro sin saber que me diría.

—¿Sabes?, es muy curioso, creí que yo era una persona repugnante pero tú lo eres mucho más, ¿tu mejor amiga se muere por el profesor mientras tú a sus espaldas te lo follas?, en serio eres increíble —alzó sus manos con desdicha mientras esbozaba una sonrisa malévola.

—No sé de qué hablas —solté sin mirarla, me hallaba en medio de una encrucijada— no tienes pruebas de nada.

—¿Quién es la que lleva las llaves del profesor Leonard?, ¿me quieres ver la cara de estúpida?, lo que tú estás haciendo yo ya lo hice mil veces —dijo apoyando su mano contra el auto —¿ya te cogió en su carro? —sus palabras me ofendieron a tal punto que llegaron a dolerme, si pasó algo entre ellos fue antes de mí, aun así lograba rotundamente hacerme enojar.

—¿Por qué haces esto?, si eso fue así o no, ¿por qué me lo revelas?, ¿quieres qué arme un escándalo y me rebaje a pelear por un hombre? —traté de hablar con mesura, sin dejarme amilanar por mis emociones.

Aleisha solo me daba lastima, me recordaba a mi ex y sus intentos estúpidos por hacerme daño psicológicamente.

—Veo que eres mucho más inteligente que tu amiga, ¿pero estarás tan calmada si fuese ella la que se hubiese enterado?

—¡Espera!... —la tomé por el brazo y ella me miró asqueada —no le digas nada a Lena —de repente mi corazón empezó a sentir un terror que me envolvía por completa.

—No me toques, mojigata —se alejó con su rostro de satisfacción —por la boca muere el pez, no tengo nada contra ti, es más me caes bien pero si tú te interpones entre mi venganza contra él, saldrás lastimada, tú no me conoces, no sabes de lo que soy capaz —advierte alejándose— ¡Jaque mate!

Ahora la duda me embargaba, no quería subir al auto del profesor, si nos sacaba fotos juntos tendría un arma contra nosotros y todo se iría a la mierda.

Lena... ¿Qué debo hacer?, sé que Lena no lo entenderá, sé que me odiaría, nunca había tenido una amiga tan cercana como ella, me niego rotundamente a perderla.

Entré al auto antes de que alguien más llegará y desordené mi cabello por la frustración. Poco después Leonard llegó con su portafolio y me vio acostada en los asientos de atrás mirando hacía la nada.

Comienza a conducir sin decir nada, miré su nuca y el cabello rubio dorado caía por sus orejas, sus hermosos ojos azules me examinaban preocupado  por el retrovisor.

—¿Qué sucede?, ¿te sientes débil? —pregunta sin dejar de conducir. —te vez muy desanimada.

—Solo tengo sueño —dije de mala gana apartando mi mirada, no sabía si decirle lo que pasó, a él no le gusta que le hablen sobre Aleisha y menos en las clases, donde siempre se la pasaba ignorándola y tratándola mal, no tenía la certeza si había sucedido algo entre ellos, pero su rencor hacia ella da mucho que entender.

—Tú abuelita llega a las siete de su trabajo, ¿verdad?, ¿No quieres ir a comer algo?, y después te llevo a casa —insiste amablemente y me levanto para hablar con él.

—Profesor, Aleisha lo sabe..., me la encontré aquí en su auto esperándome como si supiera que yo vendría y me amenazó —Leonard arruga su frente cambiando su expresión de calmada a fría.

—Ya veo —su silencio termina confundiéndome y empiezo a alterarme.

—¿Cómo qué ya veo?, ah no le importa, pues a mí tampoco debería importarme, pero después yo seré la única que saldrá perjudicada de toda esta mierda.

Suspira estresado.

—Lo sé Ilarien, sin embargo no puedo hacer nada, el año pasado la reprobé y aun así la volvieron a reintegrar porqué lastimosamente la ley de ahora respalda al alumno, no sabes cuantos papeles tuve que entregar, cuantas pruebas y evidencias, no obstante el sistema inoperante y negligente no pudo expulsarla, ahora es un delito reprobar a un estudiante sin todas las pruebas y mucho peor cuando este te acusa de acoso sexual.

—¿Y no fue así?

—¡Claro que no!, ya te dije que eres la única estudiante con la que he estado —recalca molesto.

—No le creo, usted es un mujeriego.

—Y volvemos a lo mismo, ¿A qué hombre no le gustan las mujeres?

—Sabe qué tengo un buen argumento para eso, ¿verdad?

—Ok, me expresé mal, soy un amante empedernido, lo acepto, pero eso no quiere decir que me gusta cualquier mujer, es ilógico, es como decir que me gusta el chocolate, sin embargo no todos son buenos, yo y ella no tuvimos nada, simplemente me odia por motivos personales.

—¿Y qué hay de Lena?, usted le escribió en cuarentena al igual que mí —lo acuse, él era muy astuto evadiendo las preguntas que le hacía por lo tanto debía ser cautelosa y formular las preguntas exactas para que suelte la verdad.

—Sí, pero fue un trabajo que tenía mal hecho y después ella empezó a hablarme de su vida, le di un consejo y eso es todo —corrobora calmado, ¿Por qué Lena no me escribió a mí?, la que siempre le da consejos soy yo— Aleisha está llena de rencor por mi actitud hacía ella en el pasado, sucedieron muchas cosas que no deberías saber, y sí, ella me dijo que le gustaba, pero nunca la vi de esa manera, ella es muy..., extrovertida, no me gustan las mujeres así.

—Si lo odia, ¿Por qué actúa como si usted le gustara abiertamente?, puede perder su trabajo, lo pueden meter preso... Debería hacer algo al respecto —le devolví la mirada tratando de entenderlo.

—Ella fue una de las razones por las que mi matrimonio terminó —reveló y me di cuenta de qué estábamos yendo hacía su casa y no a la mía.

—¡Oh que alivio escuchar eso!, estaba segura de que usted había intentado asesinar a su esposa y por eso lo dejó como todo un bad boy —hablé con sarcasmo y me dio una sonrisa cerrada.

—Creo que estás viendo muchas películas, a los hombres no nos gusta que nos cataloguen de esa manera, no todos tenemos un pasado super oscuro, no todo somos unos trastornados que nos rompieron el corazón y ahora por eso vamos rompiendo corazones de nación en nación, los hombres somos mucho más que eso, es más nunca me he enamorado —debo admitir que eso me impresionó, aun así me dejo mucho más confusa.

—Si nunca se ha enamorado, ¿cómo es posible que se haya casado?

—Por eso me divorcie, ¿no?, cuando aún estaba estudiando conocí a mi ex esposa, ella era mayor que yo y se enamoró perdidamente de mí, era muy amable, serena, inteligente, era un mujer virtuosa, el prototipo de mujer que todo hombre busca para tener un hogar, y yo con 22 años ya había tenido muchas mujeres, no me conformaba con nada, para nadie es un secreto eso, ella me ofreció algo diferente, me dijo que quería tener una vida junto a mí y bla, bla, decidí vivir la experiencia para ver si funcionaba bien, pero terminé decepcionándome, no estaba preparado para ese estilo de vida.

Lo escuché atenta pensando que yo era todo lo contrario a su ex-esposa, mientras llegábamos lentamente a su casa.

—Era como si estuviera viviendo una vida que no era mía, quizás me comprometí muy joven, o tal vez no estaba listo, sin embargo nunca dejé de intentarlo, el problema era que ella ya tenía una hija, una hija bastante mayor... 

Mi Profesor Descubre Que Escribo En Wattpad © ✔ |Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora