¿Siempre juntos? //Trueno//Mateo Palacios

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Mateo

—viejo no se si conviene, yo así estoy bien—bufé siguiendo a mi viejo hasta la cocina.

—Mateo ya está—me responde apoyándose sobre la mesada con los brazos cruzados—además vas a ver que levanta un montón el show.

—Con mis pasos y los de Cami ya estábamos bien, no necesitamos bailarinas—volví a quejarme mientras me sentaba en la silla enfrentado a mi papa que me miraba cansado.

—Mateo cortala, vas a tener bailarinas y punto—respondió subiendo el tono de voz—no se porque haces tanto problema hijo.

—Porque no quiero, no me siento muy cómodo viejo—rezongue.

La verdad es que a mi me chupaba un huevo las bailarinas, pero no quería tener cinco minas bailándome alrededor por Mica. No lo hable con ella y no creo que me diga nada pero si la situación fuera al revés a mi no me sería de agrado ver eso, así que por eso me pongo en su lugar.

—Córtala Mateo, ya está decidido mañana tenes que ir para conocer a las chicas y aprenderte la coreo—contesto mi viejo enojado y salió de la cocina.

Con bronca agarre las llaves y salí de la casa, me subí al auto y arranque hacia mi casa.
Estos últimos tiempos las cosas habían cambiado mucho, yo después de tanto esfuerzo me había podido mudar de lo de mi viejo y ahora vivía solo. Mica se quedaba re seguido a dormir pero nunca me anime a proponerle que se venga a vivir conmigo. Si, soy un cagon pero me daba miedo que la convivencia arruine esto tan hermoso que tenemos, y ahora me quiero matar porque no la aproveche lo suficiente y hasta dentro de un año no voy a volver a verla.

Ya había pasado una semana desde que se fue y aunque de a poquito me voy acostumbrando a la vez cada día la extraño más.

Llegué a mi casa dejé las llaves sobre la mesa y me dirigí directo al baño para llenarme la bañera y relajarme un rato.

Estuve más o menos una hora escuchando música hasta que decidí salir para hablar con Mica, ya son casi las nueve de la noche y por lo que tengo entendido allá es una hora menos.
Entre a la pieza y me puse un calzón y así como estoy me tire en la cama boca abajo, agarre la notebook de la mesita de luz y la llame.

—Chanchi—respondí feliz al verla. Solo tiene puesta una bata y la toalla en la cabeza, al parecer también sale de bañarse.

—Hola Amor—me dice con una sonrisa que le marca los pequeños hoyuelos.

—¿Como andas gorda?

—Bien Matu, hoy aproveche para recorrer un poco la ciudad así que estoy hecha mierda—me contaba entusiasmada.

—Que bueno Chanchi, es re lindo todo allá no?—le pregunté.

—Si Matu me encanta—contesto feliz—no sabes lo que quisiera que estes acá conmigo—dijo haciendo puchero.

—No te das una idea lo que quiero estar ahí gorda—respondí medio bajón, una semana y la extraño como si hubiera pasado una eternidad.

—¿Algún día me vas a venir a visitar?—pregunta mientras se acomoda en el sillón.

—Más vale Chanchi, algún mes que tenga liberado me tomo el avión—digo contagiándole la risa.

—Ufa ahora que me libero de vos vas a venir a hincharme las pelotas—dice rodeando los ojos y yo largo una carcajada.

—Aaah si? Ya vas a venir—le respondo haciéndome el ofendido.

—dale estupido te estoy jodiendo—dice riendo.