"¿Más té?"

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-- Sasuke-kun, ¿Crees que, que Naruto-kun e-estará bien?--

Era temprano y se encontraban paseando por la aldea. El azabache la había pasado a buscar como acordaron el día anterior para visitar a su amigo el rubio.

En la graduación, desde su formación, vieron que el chico estaba completamente rendido y decaído en la hamaca del árbol de la academia. Escuchaban como los adultos, una vez finalizado el evento, en voz baja insultaban y agradecían que no pudiera graduarse.

No pudieron acercarse a él debido a que el clan de Hinata los elogiaba y no les quitaban la mirada de encima, y terminaron arrastrando a Sasuke hasta la mansión para celebrar.

Aunque el Uchiha y el genio Hyuuga, como lo habían apodado los adultos, chocaban mucho debido a sus formas de ser y de dirigirse a la peli-azul, la pasaron bien juntos; pero lamentaban que el Uzumaki no pudiera estar con ellos porque era repudiado por todo el clan, y todo el mundo dentro de la aldea.  

-- ... No estoy seguro...--

Siguieron caminado en dirección a la casa del rubio en silencio, cada uno en sus pensamientos, ideando formas para tratar de animarlo.

-- Hinata-- Sasuke la detuvo. Había pasado de largo a la calle en la que tenían que doblar.

-- Es a-aquí, ¿N-no?-- Apuntó con un dedo, algo nerviosa, cuando se encontraban en la puerta de la vivienda.

El Uchiha asintió. Pese a que sabía donde vivía nunca había pasado a dicha casa. 

Pasaron saliva nerviosos por tocar la puerta. Pensaban en el posible estado del chico, y en consecuencia, de la casa a causa de éste. Hinata dio un paso adelante y tocó la puerta. Un momento después escuchaban que el chico caminaba hasta la ésta, hasta que les abrió. Se sorprendió de que el azabache y la oji-perla estuvieran allí y, aunque tardó un momento, los hizo pasar.

-- ¿Qué hacen aquí?-- Fue lo primero que les dijo mientras avanzaba por el pasillo de la entrada. 

La sala estaba, sorprendentemente para los invitados, limpia y ordenada; lo cual significaba que el chico estaba estable.

-- Estábamos preocupados por ti. Ayer no pudimos acercarnos-- decía Sasuke mientras, junto con Hinata, se sentaba en una de las almohadillas junto a la pequeña mesa.

-- ¿Cómo te, te sientes Na-Naruto-kun?--

-- Estoy biendattebayo, pero no hacía falta que vinieran. ¿Quieren un poco de té?-- Preguntó desde la alacena junto a la mesada. Ambos chicos asintieron. 

Mientras el rubio puso a calentar el agua en la pava se sentó en una almohadilla con sus amigos. Estaba muy emocionado, pero pretendía que no, quería darles la sorpresa el día en que vuelvan a la academia como genin's. 

La noche anterior un amigo de Iruka lo manipuló para que robara un pergamino con técnicas prohibidas para él. Y cuando lo estuvo por entregar su sensei apareció para impedirlo casi dando su vida para protegerlo de su colega que lo había atacado a matar luego de decir que era "el zorro deminio".
Después de una larga persecución, mientras estaba escondido detrás de un árbol, escuchó el respeto, el amor y la empatía que Iruka sentía hacia él pese a lo anterior. Se armó de valor y lo defendió utilizando una técnica que aprendió del gran rollo. Iruka, por haber impedido que un traidor escapara con el pergamino, decidió por él mismo nombrarlo un genin en recompesa. 

Hablaron un poco de todo, intentando saber si el Uzumaki en verdad se encontraba bien a pesar de no haber pasado los exámenes. Cuando el agua estuvo y el rubio sirvió los té, con algunas galletitas y pan; por medio de una mirada y un movimiento de cabeza; se decidieron por preguntarle.

"Mis Preciados Amigos..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora