"Mis Preciados Amigos..."

Naruto...

El joven rubio observó toda la escena. Al principio creyó que podría preguntarle cuando el Uchiha se negó amablemente, pero su creencia cambió al escuchar "Eso no quiere decir que no te acompañe hasta allí" y vió como se fueron caminando juntos.

-¿Qué sucedió con su clan?- Se preguntó. En busca de una respuesta comenzó a seguirlos.

El pequeño Uchiha llevó a la Hyuuga a la mansión y siguió su camino.

-Lleva siguiéndome hace rato... ¿Qué es lo que quiere?- Se decía mientras estaba por entrar a la zona donde estaba su clan.

--¿Qué es lo que quieres?-- Paró en seco mientras esperaba respuesta --No creas que no te había notado antes...-- Seguía sin tener respuesta. Caminó lentamente hacia el árbol que tenía de lado --... ¡Ya bájate de ahí!-- Lanzó un kunai, que tenía escondido en sus ropas, hacia arriba y de este calló un niño --¿Naruto?... ¿Qué haces aquí?--

--Yo... Ehh...--

--No tengo tiempo para esto--  Estaba por irse.

--¿Qué sucedió con tu clan?--

--¿Qué?-- Se detuvo al escuchar esa simple pregunta.

--¿Dónde están todos?-- El oji-negro volteó con ojos tan rojos que hizo retroceder del miedo al Uzumaki.

--Todo el mundo lo sabe, y tú... ¿Te atreves a preguntar?-- Su expresión era de dolor mientras que al mismo tiempo sonreía de la desesperación... Era la primera vez que el rubio vió tales expresiones de él.

--Yo... ¡Yo de verdad no sé lo que pasó!-- Gritó con miedo y determinación.

El pequeño Uchiha, con el rostro hacia abajo, se movió a un costado y extendió su mano hasta donde pudo indicándole al Uzumaki que pasase. Sin poder entender el rubio avanzó sin dejar de mirarlo extrañado...

-¿¡Qué sucedió aquí!?- Se preguntó con ojos tan abiertos.  Todo estaba destrozado, las casas, macetas. Había marcas de kunais por todos lados. Aún quedaba sangre, estaba opaca y algo marrón por el polvo de la tierra.

--Todos... Están muertos...-- Susurró. El Uzumaki lo miró con comprensión y pena al mismo tiempo.

-- Yo... Lo siento mucho, Sasuke yo...--

--¿¡Qué lo sientes dices!?-- Desesperado gritó --¿¡Qué puedes sentir!? ¡Mi clan!... Mi familia fue masacrada por mi hermano...-- Susurró eso último y comenzó a llorar. Naruto no sabía que hacer, no sabía como debía reaccionar a tal cosa. Él solo se acercó y comenzó a acariciarle la espalda en modo de consuelo.

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La pequeña Hyuuga no pudo dormir esa noche, pues estaba preocupada por el oji-negro. Pensó que podría tratar de animarlo al día siguiente, se acomodó y pretendió dormir.

Pero... Por un momento se le vino a la mente aquel rubio que le gustaba.

Recordó ese día que su primo, Neji, le ganó en el enfrentamiento y su padre le dijo que tendría que mejorar para ser la cabeza de la familia algún día... Y mientras lloraba en ese lugar, él se esforzaba por hacer una técnica que nunca logró. Y sus cabellos dorados como el sol y algunas nubes, ese día... También intentaría hablar con él al día siguiente, si es que sus nervios no se oponían a ella.

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--Sa-Sasuke-Kun, t-te prepa-preparé el al-almuerzo--

--...Muchas gracias, Hinata-- lo tomó y se ruborizó al igual que su amiga.

Hinata vió que el rubio se estaba por ir y sus nervios empeoraron.

--¡Na-Naruto-Ku-- De no ser por su nerviosismo y sus propios pies seguiría parada. Completamente roja levantó la mirada y el Uchiha le extendió la mano --Pe-perdón por mo-molestarte... Ca-casi siem-pre pasa...--

--¿Es--

--¿Estás bien?-- El Uzumaki se percató que la oji-perla lo había llamado y se había caído.

--Na-Naruto-Kun... S-si, e-estoy bien-- Trató de pararse. Llena de nervios y con la cara roja le extendió el almuerzo que ella había preparado con tanto esfuerzo --Lo hice para ti--

--¿De verdad? ¡Muchas gracias, Hinata!-- Lo tomó agradecido y le sonrió al mismo tiempo. Esto ocasionó que la oji-perla se sonrojara y bajara la mirada.

-Debería sentirme bien por ella- pensaba el Uchiha, pero sentía algo de... Como explicarlo... ¿Enojo? Teniendo en cuenta que lo había interrumpido.

--Hinata, ¿Comemos juntos?-- Trató de sacar esos pensamientos de su cabeza, pero volvieron cuando el Uzumaki abrió la boca.

--¿Puedo comer con ustedes?--

La Hyuuga, nerviosa, asintió con la cabeza con sus mejillas aún carmesí.

~

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--¡Hinata! Yo... ¿Podría acompañarte hasta tu casa?-- Las clases habían terminado y la Hyuuga se estaba por ir con su amigo oji-negro.

--... S-si-- Dijo casi inaudiblemente.

Y así se fueron juntos, en un intento del rubio por acercarse a la pequeña Hyuuga.

Koo estaba esperando a la oji-perla, hasta que desde la distancia la logró divisar, sonrió... Pero eso cambió cuando vio a un rubio en vez de a su amigo el Uchiha. -Sí Hyashi-Sama la ve con este niño...-  Fue rápidamente hasta donde estaban.

--Hinata-Sama--

--Koo, mi-mira, él e-es Na-Naruto-Kun, un a-amigo--

--Eso es muy bueno Hinata-Sama, pero su padre la espera-- La tomó del brazo para hacerle entender que era serio.

--Lo-lo siento Na-Naruto-Kun--

--Está bien Hinata, nos veremos mañana-- Y se fue. Koo esperó a que se alejara lo suficiente para hablar.

--Hinata-Sama, no debe estar con ese niño, es peligroso--

--... Es-Está bien Koo-- Prefirió no cuestionar, pues ya se lo había dicho y la miraba preocupado, y aunque sabía que no era cierto, no quiera llevar la contraria.

Perdón si el capítulo me quedó corto, pero es que ya no se me ocurrió nada más, ando corta de imaginación últimamente :c.

Bye, bye~