♡ San Valentín es un día especial en el que todas las personas pueden confesar su amor a los seres que les gusta y cada pareja puede celebrar. En Corea del Sur, es costumbre que las mujeres regalen chocolates a los hombres, pero los chicos que están...
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Durante la última clase del día, Minho no podía concentrarse en nada más que en la idea de invitar a Jisung a tomar un helado. Solo la posibilidad de que este le dijera que sí hacía que su corazón latiera con fuerza en su pecho. Sin embargo, también sentía una leve ansiedad en su estómago, consciente de que sus sentimientos podrían estar nublando su juicio y haciéndolo actuar impulsivamente.
Mientras tanto, Jisung estaba sumido en sus pensamientos, ensayando mentalmente todo lo que le diría a Seungmin. Quería preguntarle directamente si había leído la carta de amor que le había enviado y saber su opinion al respecto. A pesar de sentirse asustado y nervioso por la respuesta que recibiría, también se permitía sentir un poco de emoción, sabiendo que había sido valiente al enviar esa carta con su nombre. Quizás hablarle cara a cara no sería tan malo después de todo.
Cuando sonó el timbre que indicaba el fin de las clases, salió rápidamente, sintiendo la adrenalina correr por sus venas, y corrió hacia la sala de clases de Seungmin. Con voz temblorosa, le dijo que tenía algo importante que preguntarle, y este accedió con una sonrisa amistosa.
Sin embargo, el nerviosismo se apoderó de Han y olvidó todo lo que había ensayado. Se disculpó apresuradamente con el chico que le gustaba y salió corriendo sin rumbo fijo.
Nunca antes había corrido tanto en su vida. La sensación de ardor en sus pulmones y el dolor en sus piernas por el esfuerzo eran insoportables. Finalmente, se detuvo frente al edificio principal de la escuela, donde los árboles le proporcionaban un poco de sombra.
Fue entonces cuando Johnny se acercó a él y lo agarró del brazo con fuerza, tratando de arrastrarlo a alguna parte. Jisung no quería gritar, porque temía que lo trataran de exagerado, pero estaba demasiado asustado de lo que pudiera hacerle. No sabía de qué era capaz.
—Suéltame —susurró con temor, sintiendo cómo las uñas de Johnny se enterraban en su brazo.
Sin embargo, el más alto lo ignoró y comenzó a burlarse de él, insultándolo y menospreciándolo por su beca, y diciéndole otras cosas hirientes, por lo que se sintió humillado y vulnerable ante la crueldad del otro chico.
Mientras tanto, Minho caminaba hacia la salida de la escuela con sus amigos, quienes charlaban animadamente entre ellos al notar que él estaba pensando en otra cosa y asumieron que no estaba interesado en la próxima fiesta que se realizaría en la mansión de Bangchan. Estas fiestas se llevaban a cabo semanalmente y solo asistían los hijos de padres multimillonarios, mientras que los estudiantes becados no estaban permitidos y tenían sus propias fiestas.
De repente, un grito de Johnny interrumpió la tranquilidad del ambiente escolar, tratando de llamar la atención de todos.
—¡Han Jisung tiene un secreto! ¿Quieren conocer el secreto de este asqueroso becado? —gritó.
Minho se detuvo de repente al escuchar eso y puso sus ojos en blanco, sintiendo una fuerte irritación hacia Johnny. ¿Acaso no se cansaba de ser un idiota sin vida?
