♡. 12

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Me vi a mí mismo jugando baloncesto y aquello cambió de plano cuando fui ese Minho, el que jugaba

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Me vi a mí mismo jugando baloncesto y aquello cambió de plano cuando fui ese Minho, el que jugaba. La pelota se alejó de mis manos y tuve que correr para recuperarla. De repente, me encontré de golpe a un chico que estaba leyendo el primer libro de la saga de Harry Potter. Aquel balón golpeó su rostro y lo hizo caer del banco en el que estaba sentado, logrando que todo volviera a mi mente cuando vi sus ojos brillantes. Ahora todo parecía claro. Era como si hubiera vuelto a nacer y hubiera nacido en distintas realidades, pero todas estaban conectadas por una sola persona: Jisung. Verlo a los ojos había abierto los míos en todas las dimensiones en las que él había estado.

—Han Jisung, eres el indicado para mí —dije, y él me sonrió.

—Estamos destinados —respondió.

Lo había conocido en esas dimensiones, en las vidas alternas a la mía, sin saber realmente cuál era la original, pero sabía que siempre había sido él. Una luz cegadora marcó un nuevo comienzo entre nosotros, el comienzo a nuestro final feliz, al menos por ahora.

Jisung también había soñado eso, pero desde la perspectiva del chico que leía. Lo sintió tan real, aunque ese sí había sido un sueño, solo que ahora era distinto, sentía que era Minho de verdad. Necesitaba confirmarlo, aunque no sabía cómo. Miró al mayor, que todavía estaba durmiendo, y pestañeó varias veces. Esto lo confundía. Era como si todo fuera un sueño, ya que era tan... ¿irreal? Pero no estaba soñando, era la realidad. Estaba pasando en serio.

Después de unos segundos, los ojos del mayor finalmente cedieron y se abrieron, viendo borroso hasta que por fin se enfocaron. Estaba confundido, pero al mismo tiempo entendía todo. Ahora todo tenía sentido. Una sonrisa amplia se dibujó en su rostro al ver a Jisung, y a pesar de las emociones y sentimientos encontrados, tomó su rostro y lo besó. El menor se sorprendió al principio, pero poco a poco fue cerrando sus ojos para disfrutar del beso que le daba.

Los labios de Minho se movían con lentitud sobre los suyos, en un ansiado toque que parecía quemar, quemar en ese deseo de probar sus labios hasta que por fin se hizo realidad. Aunque creyó por un momento que lo apartaría y no se veía capaz de soportar aquel rechazo, ya que aún temía a eso. En esos mundos paralelos lo único que había deseado era probar sus labios. 

Jisung correspondió tratando de mover un poco sus labios, haciéndolo en torpes pero tiernos movimientos. No importaba que no supiera hacerlo perfectamente, lo importante era que se estaban besando, de verdad lo estaban haciendo. Tomó una de sus manos, entrelazando sus dedos con los de Minho, y colocó la otra sobre su hombro. No quería que esto terminara, aunque estuviera quedándose sin aire. Había esperado tanto tiempo por esto.

Finalmente, Minho se separó para tomar un respiro profundo, mientras sus ojos se conectaban a los suyos. A pesar de que el menor se quejó cuando Minho se alejó, intentó recuperar el aliento que había perdido durante el hermoso beso que habían compartido. Sabía que jamás lo olvidaría.

—Te amo, Jisung —Iba a decirle que también lo amaba, pero se congeló por lo que dijo después—. Te amo, y también lo hice en todas esas realidades alternas.

—¿Las recuerdas? —preguntó Han, agachando su cabeza, sin saber si estaba avergonzado o feliz. Quería gritar—. Yo... Gracias. Me sentía tan solo sabiendo que era el único que sabía esto.

—Pues... recordé todo mientras dormía. Fue algo raro. Ya había tenido algunos déjà vus parecidos, pero nunca había logrado entenderlos —Mordió su labio inferior, soltando un pequeño suspiro que fue reemplazado por una sonrisa al sentir un beso en sus labios.

—Esto es tan raro. Quiero decir, ¿por qué pasó?

—No lo sé. Aún es confuso para mí, aunque me siento tranquilo porque finalmente me aceptaste —Sonrió burlón y con cierta victoria, haciendo que el contrario se ruborizara.

—Lee Minho, el ladrón de corazones —bromeó, mirándolo a los ojos.

—¿Yo? ¿Ladrón de corazones? Ese fuiste tú, Han Jisung.

El recién nombrado negó, riendo. Él lo había hecho. O sea, le gustaba Seungmin y logró que le gustara él.

La risa de ambos llenó la habitación, mientras se tomaban de las manos y se miraban a los ojos. El aire estaba cargado de una emoción que los hacía sentir vivos.

Minho apretó una de sus mejillas, haciendo que se quejara porque le dolía, pero se calló cuando lo atrajo hacia él, besándolo nuevamente con lentitud. Cerró sus ojos al igual que antes y puso sus manos en sus mejillas. Maldita sea, los besos de este chico eran lo mejor del mundo. No quería acabar nunca, hacían que se derritiera de amor.

El mayor soltó una suave risita sobre sus labios, dejando otro beso suave en estos. Se acomodó mirando hacia el techo y, después de unos segundos, tomó su celular para verificar la hora, descubriendo que era bastante tarde y que solo tenía un mensaje de su madre donde lo regañaba. Soltó un suspiro por eso. Estaba empezando a darse cuenta de que la única persona que le daba amor verdadero era Jisung, y por eso estaba tan agradecido con él. Realmente había hecho que su vida cambiara. En las otras realidades, habían pasado bastantes cosas que terminaron alejándolos, pero ahora estaban juntos y era una sensación muy hermosa que lo hacía querer llorar.

De repente, el menor se levantó de la cama y se dirigió hacia la ventana para observar el exterior. Soltó un suspiro y Minho se unió a él, acercándose y  poniéndole una mano en el hombro.

—¿Qué ocurre?

Jisung suspiró y se giró para mirarlo a los ojos.

—Es solo que... todo lo que hemos vivido juntos, todas las veces que nos hemos encontrado, me hacen pensar que tal vez hay algo más allá de lo que vemos. Como si nuestro amor fuera más grande que esta y las otras realidades.

Minho sonrió y le acarició la mejilla, sintiendo la suavidad de su piel bajo sus dedos.

—Eso es lo que hace que nuestra historia sea especial, ¿no crees? Que no importa si hay o no realidades alternas, lo que tenemos es real y hermoso.

Jisung asintió, sintiendo el amor del contrario inundándolo. Se acostaron en la cama, disfrutando del calor del uno al otro, mientras el mundo giraba a su alrededor.

—Dame mimos para dormir tranquilo, Hannie... —dijo Minho.

—Te daré lo que quieras para que estés feliz —susurró, soltando posteriormente un suspiro.

—Quizás lo único que necesito para ser feliz es tenerte a mi lado....

Jisung acarició su sedoso cabello, dándole besitos ahí también. Quería protegerlo como él lo había hecho antes. No sabía si lo estaba logrando por completo, pero le gustaba esta realidad, porque todo estaba yendo mejor que en las otras.

Poco a poco, con los mimitos que le daba, se fue cansando y cerrando los ojos, haciendo que pronto se quedara dormido, al igual que el mayor. Sorprendentemente, hoy descansaría feliz, con Minho entre sus brazos, quien siempre deseó estar ahí.

 Sorprendentemente, hoy descansaría feliz, con Minho entre sus brazos, quien siempre deseó estar ahí

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Inefable › MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora