Capítulo 18.

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Aterrizo en frente de la entrada del castillo de mi hija. Le prometí visitarla cuando tenga el día libre, así que no tengo escusas para no venir. Veo los guardias quienes me miran con desconfianza o miedo, no me sorprende, después de todo tengo el título de la peligrosa villana de la historia.

Mal hace su aparición, un corto vestido morado hasta las rodillas con detalles dorados, zapatos sin plataforma que combinaba con el vestuario, un hermoso collar y una corona de oro. Ahora si se parece a esas princesas de cuentos de hadas pero a la vez diferentes.

Mal: mamá.-me sonríe, quedando en frente mío, le vuelvo el gesto y le doy un corto abrazo. Todavía no me acostumbro mucho los gestos cálidos hacia mi familia.-creí que no vendrías más.

Yo: estuve muy ocupada pero aquí esto.-no sabía por donde mirar, me incomodaba un poco el ambiente a realeza.-veo que estas bien.

Mal: si te preocupa por Ben, tranquila, él me cuida y ahora se ha vuelto sobreproctetor por mi estado.

Asiento con la cabeza. Ambas ingresamos al lugar. Lo primero que veo es un gran cuadro de Mal y su esposo, después está la familia real de este. Cada objeto parece muy frágil, no me sorprende que al rozarlos con mis dedos, se rompan. Después de caminar en los interminables pasillos, llegamos al jardín y como toda jardín real, hay un lugar para tomar el té o almorzar. Nos sentamos, todo es tranquilo, miro el pequeño lago que nos rodea, las flores, todo me hace acordar mi mundo.

Mal: ¿y cómo esta las Ciénagas?- dos sirvientes aparecen, dejando las galletas junto con tasa de te, una jarra de jugo, etc.-escuché que hubo problemas.

Yo: sólo es tu padre molestando como siempre.-agarro una galleta, dando la primera mordida. Mal me mira algo sorprendida.-nada grave.

Mal: ¿Papá estuvo ahí?

Yo: si, últimamente tuve que expulsarlo por un tiempo, ya me estaba molestando.

Mal: creí que no se soportaban.-hace un gesto que no entendí. Agarra su tasa con cuidado.-no sabía que estaban conviviendo.

Yo: no lo hacemos.

No quería contestar de mala manera pero no quería estar en otro interrogatorio sobre ese Dios, ya suficiente tuve con mi ahijada. Miro a mi hija quien toma su tétranquila, sin mirarme.

Yo: ¿Cómo estás sobre tu embarazo?

Mal: bien. Ben Sé emocionó tanto que ya mando hacer el cuarto. Todavía no vamos a pintarlo ya que no sabemos el género.

No puedo evitar reír por imaginarlo. Esa bestia será un gran padre amoroso para ese bebé, también Mal. Ella le dará lo que nosotros no pudimos darles. Doy otra mordida a la galleta, bajando la mirada. Me siento culpable por quitarle una infancia como la mitad de la adolescencia, sacarle de un mundo lleno de luz para que se concentre en la oscuridad.

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Tengo mala suerte.

Eso lo supe hace mucho tiempo pero tenía algunas dudas. Aterrizo en la entrada de mi reino, encontrándome con el tonto de Hades quien tengo ganas de lanzarlo a su reino donde está ese poso de almas o no sé como se llama. Acomodo mi pelo, dirigiendo hacia la entrada, no tengo que hablarle.

Hades: hola ¿no?

Yo: castigado.

Hades: oh vamos.-agarra mi brazo. Lo miro mal y por suerte me tiene miedo, así que me soltó.-no puedes enojarte para siempre. Sólo fue un accidente, te juro que no lo tenía pensado.

Volteo mi rostro, no hay que hablarle y se irá como un perro que necesita atención de un humano. Algo desconcertada, coloco la mano en su pecho, ¿El llama con piernas me halo hacia él? ¡eso no lo permito!.

Yo: ¿Qué te pasa?

Hades: mirame cuando te hablo.-levanta una ceja, no parecía enojado, sólo se divertía de la situación.-me olvidé cerrar, no volverá a suceder.

Yo: ¿me dejarás en paz si te perdono?-asiente, sin soltarme la muñeca.-bien, ahora déjame.

Hades: no por que tu y yo nos iremos.

Yo: ¿a dónde?

Sólo chasquea los dedos. Miro al mi alrededor donde sólo hay nieve, por instinto me abrazo a mi misma, sólo hay un lago congelado cerca de nosotros. Levanto una ceja al mirarlo, está vez merezco una explicación por su atrevimiento a traerme a un lugar desconocido, lo peor que no podré volar por el maldito viento.

Hades: Mal dijo que sería buena idea hacer actividades juntos.-chaquea nuevamente para sentir algo calentito al mi alrededor. Al menos me abrigo.-pense en el patinaje.

Yo: sabes que n-

Caigo hacia adelante, él tonto me agarra en el proceso con algo de fuerza, se queja al golpearse con mis cuernos, se merece. Miro mis pies, no me di cuenta que también me coloco patines para la nieve, agarro sus brazos, que extrañamente tiene músculo y me reincorporo.

Yo: Hades.-suspiro hondo, no quiero perder la paciencia ahora por que perdería el tiempo, nunca me escucha y no me dirá como regresar.-no quiero esto, mejor llevame a las Ciénagas.

Hades: vamos M.-sin soltarme de las manos, me jala hacia la supuesta pista, dudo que ese hielo sea resistente. No puedo evitar abrazarlo cuando estábamos debajo del agua congelante. Sabía que este Dios quiere matarme.-sabia que varias en mis encanto linda pero deberías soltarme para ayudarte mejor.

Arrugo entre las cejas por sus palabras, nunca caería en sus "encantos", eso muerta. Me alejo rápidamente pero me ganó casi una caída si no fuera por el tonto Dios que me tiene agarrado de la mano, susurrando lo siguiente:

Sólo diviértete.

Continuará...

¿𝘛𝘶 𝘮𝘦 𝘥𝘢𝘳á𝘴 𝘶𝘯 𝘧𝘪𝘯𝘢𝘭 𝘧𝘦𝘭𝘪𝘻? ||Hades x Maléfica||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora