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Momo parecía ebria, caminaba de un lado a otro y al parecer sus maletas eran las que la manejaban a ella.

La pelirrubia no pudo más, sento en un escalón de una casa y cerró sus ojos.

Su vista interna se torno negra, ¿acaso lloverá? Porque el ambiente se encontraba muy caliente.

Momo abrió con lentitud sus ojitos y vio un hermoso rostro que se entretenía observándola durmiendo.

Sana: Yo te conozco de alguna parte —pensó— ¡Ya se! eres la chica que derramó unas bebidas en mi suéter.

Momo: Desearía que no me reconocieras por eso —Sana rió.

Sana: ¿Vas para algún lado? Te veo muy llena, ¿quieres que te ayude?

Las palabras de la pelirroja conmovieron a Momo, era una chica demasiado educada. ¿Cómo pueden existir personas así en este horrible mundo? No, aún mejor, ¿Siguen existiendo personas así?

La pelirrubia totalmente inquieta se niega al ofrecimiento de Sana.

Por más de que casi se rompe la columna, no aceptaría de su ayuda, y mucho menos si viene de ella.

Sana: Oh, espera ¿acaso te pregunté? Lo siento, olvida eso, no te he preguntado nada, así que te ayudaré incluso sin una aprobación —la pelirroja muestra una sonrisa de dientes.

Momo: —se encoge de hombros. — Si insistes...

Mientras las muchachitas caminaban la tensión intentó invadirlas, cosa que Momo no dejaría suceder bajo ninguna circunstancia. 

Momo: Oí que eres de Japón, yo también lo soy —sus labios forman una sonrisa ladina.

Sana: ¿De verdad? —pregunta a pesar de saber que la pelirrubia no le mentiría— ¡Qué bueno! Si te soy sincera es más fácil expresarme en mi idioma natal.

Luego de una pequeña conversación entre las dos señoritas, la pelirrubia detiene con su voz a la pelirroja, señalando que ya habían llegado.

Sana: Mi departamento queda a unas cuantas casas de aquí, puedes visitarme si quieres.

Momo: Oh, lo haré, muchas gracias por ayudarme —las mejillas de la pelirrubia se tornaron rojizas.

Sana: Bien, ¡adiós!

Momo: A-adiós —sacude débilmente su mano.

Chaeyoung: ¡Llegaste! —Chaeyoung abre la puerta y permite pasar a Momo. 

La pelirrubia agarra sus maletas y entra a aquella casa, se le veía bastante emocionada, tal como una pequeña niña al entrar a un parque de diversiones.

Momo: Woah, tu casa es enorme.

Chaeyoung: Nah, lo normal, espero y no te incomode que Mina venga a casa —la enana rascó su nuca.

La pelirrubia solo rodó sus ojos.

Momo: Chaeyoung, esta es tu casa, además, Mina es mi amiga, no me fastidia para nada su presencia.

Chaeyoung: Bueno, dejando a un lado mis palabras estúpidas, ven, aquí dormirás.

Chaeyoung agarra de la mano a Momo haciéndola recorrer un gran pasillo y mostrarle una pequeña habitación.

Momo: Es preciosa, muchas gracias, Chaeyoung —dice mientras se tira a la cómoda cama.

Chaeyoung: No tienes que agradecerme nada, después de todo me harás compañía. Ahora, alístate para salir.

Momo asintió levemente para luego retocarse un poco de su maquillaje y arreglarse el cabello.

La pelirrubia junto a la chica de cabellos azules, salen de aquel escenario.

Una de las muchachas solicita un taxi el cual llegó al instante. El establecimiento se veía totalmente enorme, Chaeyoung no había elegido cualquier restaurante.

Momo: No te tenías que molestar reservando en un restaurante tan formal... —Momo 

Chaeyoung: Tranquila, había un pequeño descuento por lo tanto no dude en reservarlo.

Las chicas ingresaron al lujoso restaurante, Momo espero a su amiga en uno de los asientos de espera, mientras que la otra se dedicó a realizar la fila.

Finalmente cuando llegó el turno de Chaeyoung, el señor que se disponía a atender a los clientes dijo lo siguiente:

Mesero: Los sentimos, señorita, usted sí se encuentra en la lista, sin embargo, uno de los meseros guió a otros clientes a su mesa, ahora todo se desordenó y tendremos que remediarlo, si desea puede esper-

Ni el mesero había terminado de excusarse y la señorita Son estaba muy enojada, no, eso le queda muy corto, esta chica estaba que ardía en llamas. De su boca solo salían insultos incoherentes.

Momo al ver el gran alboroto que estaba protagonizando su amiga, corrió hacia ella y se disculpó con el empleado. Cualquiera puede equivocarse, ¿verdad?

La pelirrubia inclina la parte superior de su cuerpo al empleado y jaloneo a Chaeyoung para salir de aquel establecimiento.

Chaeyoung: Agh —zapateo fuertemente el piso—, siento esto, Momo, realmente quería invitarte aquí pero al parecer las cosas nunca me salen bien.

Momo: Lo importante fue la intención, Chaeyoung, si deseas podemos ir caminando y ver si vemos algún restaurante, ¿sí? —se encorvó hasta quedar equivalente al rostro de la contraria.

La enana sonríe débilmente al escuchar las palabras tan emotivas de la señorita Hirai, para simplemente asentir cabizbaja.

Las señoritas caminaban por las grandes calles de Seúl esperando ver algún restaurante llamativo.

Momo: Mira, Chaeyoung —señaló con su dedo índice—, un restaurante mexicano, ¿quieres entrar?

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- idiot in love // samo [Modificada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora