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Un chillido que resonó en toda la casa logro hacer que varios cuadros de pintura cayeran al suelo.

Incluso se veía que el espejo estaba a punto romperse.

Sra. Minatozaki: ¿Ésta apuesta muchachita es la novia de mi niña? —preguntó cogiendo los hombros de la pelirubia y sacudiendolos levemente.

Momo asintió aún estupefacta por el gran ruido que había hecho aquella.

Se presentía que volvería a pegar otro gran grito, pero éste no salió ya que la peliroja le tapo la boca.

Sana: Ya madre —soltó una risa avergonzada y susurró un lo siento hacía la de cabellos rubios.

Aquella le recordaba tanto a la madre de Dahyun. La linda sonrisa que transmitía ternura se desvaneció, quedando un rostro inexpresivo.

Sra. Minatozaki: Traje ingredientes para preparar pastel, ¿me harían el honor de ayudarme a hacerlo? —pregunto, claramente esperando un rotundo si.

La pareja asintió y se dirigieron a la cocina.

                              🥑

La señorita Hirai se encontraba con la batidora en sus manos, revolviendo la ya masa de color marrón.

Estaba a punto de dejarla encima de la mesa si no fuera porque se le ocurrió una traviesa idea.

Untó un poco de masa en sus dedos y la dejo en la mejilla ajena.

La peliroja al sentir su blancuzco cachete húmedo, pudo deducir que Momo la había manchado.

No dejaría pasarlo por desapercibido, así que agarró la bolsa de harina y la lanzo a la pelirubia, dejándola totalmente llena de aquel polvo en todo su rostro.

Las dos se echaron a reír, llamando la atención de la señora, quien se encontraba en el baño.

Sra. Minatozaki: Por el amor de Dios —las observó sorprendida— me voy menos de un minuto y ya  están haciendo barbaridades
—exclamó soltando unas cuantas carcajadas.

Momo agarró la cintura de la contraria apegandola más hacia su cuerpo. La peliroja rodeo sus brazos por el cuello ajeno y unieron sus labios dejando una bella imagen que quedaría perfecta en un retrato.

Sra. Minatozaki: Y bien, ¿quién quiere pastel?.

                               🥑

La pareja de japonesas no dejo ni una migaja del pastel de chocolate, sabían muy bien que luego terminarían en el baño por horas pero no todos lo días se podían dar el lujo de comerse tan delicioso bizcocho.

Sra. Minatozaki: Bueno, iré a la cama —se levantó del sillón.— si llegan a realizar algo atrevido procuren no hacerlo tan duro, por favor —advirtió con los ojos empijamados.— descansen.

La señora atravesó el pasillo y se escuchó cerrar una puerta delicadamente.

Sana que se hallaba al lado de su amada novia, se levantó. Aquella también se encontraba muy cansada puesto a que tuvo que recoger a su madre a altas horas de la madrugada.

Momo: ¿A dónde vas?.

Sana: A la cama, tengo mucho sueño —realizó un mohin con sus labios y restregó con la yema de sus dedos su ojito derecho.

La pelirubia negó y la jalo de la mano.

La cansada se sentó en las piernas de la contraria, rozando sus narices.

Sana ya se estaba yendo para un lado pero la pelirubia la agarró del rostro, acunandoló.

Beso de esos suaves y naranjas labios, que aún tenían un sabor a chocolate.

La abrazó y dejo que aquella peliroja se durmiera, prestando su cuerpo como una cama.

Poco a poco el cansancio invadió a la pelirubia, cerrando sus ojos y sumergiéndose en un profundo sueño.

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- idiot in love // samo [Modificada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora