INTOCABLE | 2° temporada EP.

Capítulo cinco.

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Caminé con el corazón inquieto, sentía que en cualquier momento las nauseas serían demasiadas y lo expulsaría absolutamente todo. Zayn me observó con la mirada cautiva en el luto oculto de mis palabras.

- Entonces - Habló. - Cuál fue aquel 'acontecimiento' qué te forzó tanto como para gatillar aquella arma. - Sentía que tal vez comentarle absolutamente todo a Zayn, no era la mejor idea. Sin embargo, si quería llegar a una 'tregua' con mi pasado, era mi obligación enfrentarle, aunque fuese de a regañadientes.

- La verdad, no huyo de la persona que me salvó. - Bufé. - Después de que te marcharas, yo entré en estado vegetal. Al despertar, tú te habías marchado y mis memorias también. Creí que Harry era mi novio, porque al parecer me había acompañado durante todo mi proceso de sueño profundo.

- ¿Harry? . - Preguntó confundido.

- Creí que 'Edmond', Harry o mi psicópata, como quieras llamarle. Era mi novio. - Me pasé la mano por el cabello, sentía que de mis ojos pesaban las lágrimas derramadas por el dolor incrédulo que aún existía en mi. Suspiré yendo hacia el hervidor, le llené de agua y puse a calentar esta. - ¿Cómo lo prefieres; cargado, suave o con crema?.- Acabé con una sonrisa sin a pasar a ser más que eso; una sonrisa, con la gran intención de romper el hilo.

- Sabes que prefiero un cigarrillo . - Sopesó tomando asiento en el sofá aterciopelado.- Aunque supongo que valdrá la pena tomarlo, así que venga. Lo que prefieras tu será perfecto para mi. - Respondió apoyando ambos brazos a los lados del sofá. Asentí retomando el tema anterior.

- Hicimos un pequeño viaje juntos, accedí porque creía que era lo mínimo por hacer por el hombre que me amaba, pero sin embargo no recordaba. A los días lo recordé todo, con ello volviste tú y mis remordimientos florecieron. Había perdido lo último que quedaba puro en mí, el bebé. Me engañaron y yo presa de la escasez de recuerdos caí. Estaba completamente perdida, tanto que opté por morir.

- ¿Qué tú qué?. - Su postura se enderezó y permaneció así que la postura resultó incómoda hasta para mí, luego suspiró tapando su rostro con ambas manos.

El agua estaba lista, saqué dos tazas del mueble y dos platillos pequeños dejándolos sobre el mesón para luego servir la candente agua. Preparé ambos cafés con dos cucharadas de este mismo, luego agregué crema y serví en la mesita de centro con el azúcar a un lado para que agregásemos a gusto propio y me senté frente a Zayn.

- Aunque ya estuviésemos en Londres, yo me sentía completamente perdida. Por suerte Harry llegó a tiempo. Me fui a vivir con él porque realmente no soportaba el lugar donde conviví con el engaño de tus palabras, con tu perfume impregnado en mis sábanas y con los recuerdos agridulces que aparecían cuando cerraba mis ojos. - Él me observó, sus ojos se tornaban rojizos y mis manos cada vez hacían que el agua en mi taza se hiciese más turbia. - Y descubrí que lo amaba.- Suspiré observando el azulejo amarillento, mientras oía el tic-toc del reloj de madera colgado en la pared de mis espaldas.

- No, eso no puede ser cierto. - Suspiró tomando aire, evitando las lágrimas de arrepentimiento. Me inquieté y volví a la razón cuando divisé que se ponía de pie. - Creo que es suficiente. Ya no quiero escuchar más. - Su voz era inevitablemente temblorosa y sus pasos tan torpes que dio con la mesilla, haciendo que la taza derramase su amargo sabor.

- Zayn. - Pausé para mirarlo.- Si aún sientes, aunque sea lástima por mí. Quédate y termina de escucharme. Recuerda que tú también tienes que darme las razones de por qué te fuiste.

Me puse de pie y busqué un trapo viejo en la cocina, limpié la mesilla y sequé la alfombra, él tomó asiento y para cuando volví de limpiarme las manos y dejar el trapo, el morocho ya sostenía un cigarrillo encendido entre sus labios. Bufé evitando el regañar persistente que renacía en mí y abrí una ventana para finalmente tomar asiento nuevamente. Le miré con el ceño fruncido.