Capítulo diecisiete.

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Mes a mes Harry se preocupó de ir a cada una de las sesiones con el médico aunque perdiese tiempo provablemente importante de su trabajo él decía que mil veces prefería vernos a nosotros.

Camille sólo sabía preguntar cuando saldría él/la pequeña de mi vientre, que ansiaba jugar con el bebé, vestirlo y comprarle juguetes.

A Gemma sólo le quedaban unos días para llegar a la fecha supuesta del parto, por lo tanto todos estábamos absolutamente preocupados por la situación, yo trataba de ir a verle o llamarle cuando estaba sóla en casa. Quería saber como sería todo dentro de un par de meses.

Matt (mi secuestrador), había sido encontrado hace menos de un mes en una gasolinera de Los Ángeles, USA. Se le tomó preso por los cargos de secuestro, manejamientos de armas ilegales y robo a mano armanda.

Todo parecía marchar bien, sin embargo aún me quedaba comentar que algo no me tenía muy concentrada últimamente, y es que desde que volví a Londres no he vuelto a saber de Nessa y Zayn, al parecer aún su situación en este país estaba en trámites e iba a ser un poco complicado para ellos iniciar una nueva vida otra vez.

Harry se estaba encargando de localizarlos, y de presionarme para ir a clases de gimna... Un momento, eso que huelo es - Chocolate - murmuré poniéndome de pie, el olor provenía de la cocina traté de erguirme un poco más caminando de una manera más imcómoda de lo normal por el vientre algo crecido - Harry deja de cocinar, sabes que engordaré más de lo que ya estoy - Sollocé apoyándome en su hombro, él se movió de manera cuidadosa con la intención de que no me corriera para sacar una taza del mueblecillo.

- Pero mujer, no estás gorda - Rió volteándo a verme, oculté mi rostro cuando me sentí algo ruborizada - Estás realmente linda, parece que mientras más meses tienes más sexy te ves - Prosiguió sirviendo chocolate caliente en la taza anteriormente sacada.

- Eso quiere decir que cuando el bebé nazca, ¿ya no me veré sexy? - Aparenté sentirme ofendida y me corrí de su lado. Éste me miró detenidamente antes de responder.

- ¿Te han crecido los pechos? - Asentí - ¿Y los seguirás teniéndo así después? - Me encogí de hombros sin conocer la respuesta correcta - Fuiste, eres y serás la mujer más sexy y hermosa que he conocido.

- Lo dices sólo por mis pechos, imbécil - Bufé sintiéndome completamente malhumorada, Harry se excusó riendo. Le fulminé con la mirada y me marché de la cocina.

- Hey, no camines tan rápido tienes a mi panquesito en ese horno - Sonreí de espaldas - horno sexy, y algo alterado por el panquesito - Rodé los ojos y volteé a verlo.

- Eres tan especial, Styles - Sarcasmeé, este corrió hacia mí tomándome y llevándome a nuestra cama.

- No hay por qué enojarse, cariño - Me besó cortamente la nariz, nos quedamos viendo por un rato y luego reímos - ¿Sucede algo?.

Me quedé quieta y abrí un poco mis ojos, mi sonrisa se hizo contagiosa. Tomé la mano de Harry y la pasé por el lado izquierdo de mi vientre.

- Le agrada nuestra risa - El bebé pateó sobre la mano de Harry, ambos sonreímos y este comenzó a patear más dentro de mí.

Comencé a llorar, últimamente todo me ponía sensible y esto me partió el alma. De tan sólo imaginarme a esa pequeña criatura lloraba de vez en cuando. Mi novio puso su boca sobre mi vientre y habló.

- Papá te ama, cielo - Sonrió besándo dónde el bebé había vuelto a patear. Me miró al rostro y me besó limpiando mis lágrimas de alegría.

Él también tenía sus ojos algo rojos y no dejaba de sonreír.

***

Honestamente aún no reconocía las huellas de mi pasado que habían dejado marcas, probablemente esas huellas jamás existieron en mi ser. Temía encontrarlas luego de un tiempo.

A pesar de llevar una grandiosa vida con lo que ya parecía un final feliz, aún me quedaban cuentas por cumplir y es que estaba segura que en más de algún papel legal me vería involucrada yo a lo largo de los próximos meses, fue un presentimiento que nació en cuento la carta con la postal llamativa de L.A se deslizó bajo mi puerta, solo que no sentí cuando aquel presentimiento llegó a mi.

Zayn se volvía a comunicar conmigo, esta vez de manera más cortante y aunque no fuese su intención el esfuerzo por ser amable no se notó. No valía la pena contarles a que se refería solo me notificó acerca de una nueva investigación, algo así como un caso que cerró por falta de pruebas. Por supuesto me llegaron duda y temor, acaricié mi vientre inquieta como si me fuesen a quitar aquello que crecía en mi, tragué amargo y dejé la carta de lado. 

No sabía si pasaba por lo correcto o si todas las fases estaban conclusas, solo sabía que esto no acabaría más que en tragedia.


INTOCABLE | 2° temporada EP.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora