Permíteme Tocarte >Mirage x Crypto< #1

Quiero tocarte

Es un viejo idiota, siempre se lo digo. Es muy inmaduro para su edad y además es súper narcisista.

-- Oye niño, ¿quieres de nuevo esta noche?

Mirage pasó por mi lado y me miró sonriendo.

-- ... Será en tu habitación --respondí con simpleza.

Lamentablemente ese idiota me tiene completamente dominado...

...

Me penetraba una y una otra vez. Mantenía mi ceño fruncido al soportar el dolor, y me mordía el labio. No quería reclamarle el que me dolía, no quería causarle problemas. Apretaba las sábanas a mis lados, tratando de minimizar el dolor. Sus ojos chocaron con los míos. A juzgar por su acción siguiente, pude adivinar que vio mi expresión, pues se detuvo. Y es que yo no estaba disfrutando, porque era puro dolor, y se supone que nuestro trato era placer mutuo.

Me miró un rato, mientras yo trataba de respirar regularmente. Finalmente salió de mí, quedándose sentado en la cama. Yo me incorporé igualmente, mirando el color de la cama. Esperando su siguiente acción.

Un minuto pasó en que no hizo nada y no hubo ruido. Yo lo miré, él se hallaba mirando a la nada.

-- ... ¿No quieres terminar? --pregunté, refiriéndome al sexo que dejó a medias.

-- ... Lo volviste a hacer.

-- ¿Qué cosa?

-- El no decirme cuándo te duele.

-- Eso es porque... --De hecho no tengo excusa, no continué mi oración.

-- ¿Tú crees que te tengo obligado? ¿Que si no haces lo que quiero te voy a malra-... maltre- ...malta... pegar o algo?

-- No, por supuesto que no --respondí rápidamente.

Me miró. Sin esperarlo, acercó su mano a mí, por lo que me moví veloz para esquivarlo, por pura inercia. En ese momento se quedó quieto y me quedó mirando.

-- ... ¿Me tienes miedo? --preguntó, bajando su mano.

-- ... Fue un reflejo, nada más.

-- No recuerdo haberte hecho algo para que tuvieras miedo de mí --Mirage quedó pensativo.

-- ¡Que no, idiota! ¿Quién tendría miedo de ti?

Para comprobarlo me acerqué a él, me posicioné arriba de su miembro aún erecto, a sorpresa de él, y bajé lentamente, haciendo que entrara en mí. Con dolor, llegué hasta su base, y me quedé así. Mi respiración se aceleró. Y es que aún no me acostumbraba al tamaño de su miembro, apenas llevábamos unas tres veces haciéndolo desde que decidimos mantenernos así, a la segunda él se dio cuenta que me aguantaba el dolor y me dijo que le avisara cuando me doliera mucho. En un impulso para seguir, me moví para arriba y para abajo fuertemente, lancé un grito, y me salieron lágrimas inconscientemente. No me moví más.

-- Lo siento... --dije, ya lanzando sollozos.

-- Te lo dije antes... si te duele no hay porqué seguir... ¿Sabes? Quizá esto de tener sexo sin compromiso fue una mala idea...

-- ... --Traté de aguantar las lágrimas al oír eso--. No te satisfago ¿verdad?

-- ¡No, claro que no es eso! Has sido el mejor sexo que he tenido. Lo digo por ti.

-- Sólo debo acostumbrarme... Tú no te preocupes por mí y continúa.

-- Déjalo Crypto, lo digo en serio...

-- ...

Qué débil soy. ¿Cómo no puedo aguantarlo?

-- ... Déjame intentar una vez más... Sólo necesito...