Dentro de este oscuro mundo

705 100 65
                                    

Después de guardarse el dinero en el bolsillo, Soobin se quitó el delantal y lo arrojó sobre el mostrador.

—¡Tía, vuelvo en una hora! —le gritó a la mujer en la cocina.

Ella solo asomó su cabeza por el hueco de la puerta.

—¡Solo regresa antes de la comida! —exclamó en respuesta.

A Yeonjun le sudaban las manos cuando Soobin se subió en el asiento del copiloto, se las limpió en los jeans y apretó el volante.

—Bueno ¿a dónde vamos?

Soobin miró la dirección escrita en el teléfono y frunció el ceño.

—No estoy muy seguro pero creo que es en la zona industrial, del otro lado de la ciudad.

—¿Muy lejos?

Soobin negó con la cabeza.

—A unos cuarenta minutos, depende del tráfico.

Yeonjun asintió, miró a Beomgyu por el espejo retrovisor una vez más, solo para asegurarse de que en verdad quería ir. El menor asintió, tampoco estaba tan seguro pero creía que era lo mejor que podía hacer. Salieron del estacionamiento del restaurante y Yeonjun condujo siguiendo las instrucciones de Soobin.

Era casi medio día cuando llegaron a aquella parte de la ciudad, no había casas alrededor, solamente viejos edificios de bodegas y fábricas.

—¿Estamos en el lugar correcto? —preguntó Yeonjun inclinándose sobre el volante para tener una vista más amplia.

—Si la dirección es correcta, es en esa esquina —señaló Soobin.

—Esto no me da buena espina —dijo Kai mirando a la desolada calle por la ventanilla.

Para empeorar las cosas, estaba comenzando a nublarse, y eso hacía todo un poco más tétrico.

Salieron del auto para estirar las piernas y Beomgyu se recargó en el capo sosteniendo su teléfono con fuerza entre sus manos, preguntándose si debería llamar a su padre o solo esperar... o decirle a Yeonjun que después de todo sí prefería irse con la abuela, tal vez aún no era tarde.

En eso, el viejo volvo gris de su padre giró al final de la calle y Beomgyu sintió una opresión en el pecho. Sus amigos se acercaron en silencio, Yeonjun le puso una mano en el hombro y Taehyun entrelazó sus dedos con los suyos, Soobin y Kai se pararon en silencio detrás de él.

Vieron al hombre estacionar a unos metros de distancia, su aspecto era horrible cuando salió del auto, tenía la cara llena de moretones, un ojo hinchado y el labio roto, la ropa arrugada y el cabello despeinado. Beomgyu sintió un nudo en la garganta cuando lo vio, su padre le sonrió desde la distancia y se apresuró a llegar a él, Taehyun lo soltó a regañadientes cuando lo abrazó.

—Gracias a Dios que estás bien —murmuró, Beomgyu permanecía estático entre sus brazos.

Los chicos dieron un paso atrás.

—Voy por tu mochila —dijo Yeonjun en voz baja.

—Vamos, despídete de tus amigos —ordenó el señor Choi después de ese incómodo abrazo.

Beomgyu asintió, y se despidió de todos con un abrazo, incluso de Soobin a quién acababa de conocer.

Yeonjun fue el último, le dio su mochila y lo estrechó entre sus brazos con fuerza, Beomgyu sintió que era ahí donde debía quedarse, pero supo que era tarde cuando su padre toco su hombro, un recordatorio silencioso de que debía irse con él.

Eternally 🔞 [TXT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora