Como en ese día mágico

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—¿Desde hace cuánto estabas conduciendo con la reserva? —preguntó Yeonjun molesto.

—Yo qué iba saber, nunca había manejado un coche de estos.

—Lo dice en el cuadro de mando.

—¡Todos los dibujos se ven iguales! —exclamó Soobin con frustración.

—Discutir no sirve de nada —interrumpió Taehyun—, mejor busquen dónde está la gasolinera más cercana, mi batería murió.

—Creo que perdí mi teléfono —dijo Kai palpándose los bolsillos.

—El mío se quedó en mi mochila, en el auto de papá —se excusó Beomgyu.

—El mío acaba de morir también —suspiró Yeonjun mirando a Soobin.

Este solo lo miró de reojo antes de encogerse de hombros y devolver su vista a la carretera.

—Yo no tengo datos...

—Perfecto —se quejó el mayor dejándose caer contra el respaldo del asiento.

—Maldición, ¿ahora qué? —protestó Taehyun.

—No maldi- —empezó Kai, pero fue interrumpido.

—Cállate.

—No peleen —dijo Beomgyu—, podemos esperar que pase la lluvia y luego caminar.

En eso, otro relámpago iluminó el cielo oscurecido por las espesas nubes, y la lluvia comenzó a caer con más fuerza.

—¿Decías?

Soobin alcanzó a orillarse antes de que el auto muriera por completo y encendió las intermitentes para no causar ningún accidente, aunque era poco probable, esa carretera estaba desierta.

Sus esperanzas de que otro auto pasara y los ayudara se habían esfumado, sin embargo, como un milagro del cielo, un pequeño camión azul se detuvo a su lado en ese momento.

—¿Necesitan ayuda? —exclamó el hombre mayor que lo conducía.

—Nos quedamos sin gasolina —contestó Yeonjun alzando la voz por encima de la lluvia— ¿sabe qué tan lejos queda la próxima gasolinera?

—Está cerca —respondió el hombre—, a unos dos kilómetros, pero con este clima... ¿por qué no vienen conmigo? —ofreció— En lo que pasa la lluvia.

—No queremos incomodar...

—Vamos, hace frío —se quejó Beomgyu—, no me quiero quedar aquí hasta que deje de llover.

—Y yo tengo hambre —secundó Kai.

El hombre sonrió, era lo suficientemente mayor como para ser el abuelo de cualquiera de ellos por lo que no podía evitar sentir empatía.

—No es ninguna molestia, y mi granja no está lejos.

Antes de que Yeonjun pudiera responder cualquier cosa, los tres menores ya estaban bajando del auto, corriendo al pequeño camión para apiñarse en el asiento delantero dentro de la reducida cabina.

Soobin y Yeonjun terminaron sentados en la parte trasera, sobre dos rejas de manzana vacías y cubiertos con una lona a modo de impermeable.

El señor tenía razón, la granja de manzanas estaba al final del entronque a unos metros de dónde se habían quedado, todavía llovía cuando llegaron, pero la fuerza de la tormenta había disminuido considerablemente.

El calor y olor de la comida casera los inundó en cuanto llegaron a la modesta pero elegante casita de madera, rodearon el verde jardín del frente, y el hombre estacionó el camión en la parte trasera de la casa dónde una mujer de edad avanzada, probablemente su esposa, cocinaba algo en una estufa de leña tradicional.

Eternally 🔞 [TXT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora