Manisa
1548Selim ingresó a sus aposentos nervioso, con un nudo en su garganta ante lo que había dicho, Nurbanu tenía razón al decirle todo eso pues aunque Rose lo visitaba constantemente, nunca había tocado una sola parte de su cuerpo sin su consentimiento.
—Su alteza...—Ahí estaba la chica de cuerpo delgado y rostro cansado.—Lo siento mucho, yo no sabía-
—Tranquila Rose.—Se acercó a ella rodeándola con sus brazos siento correspondido en aquel abrazo.—No quiero que llores, ni te sientas mal por esto...
La cristalina mirada de la concubina se topó con los del príncipe, sentía vergüenza de estar ahí parada, no se sentía merecedora de la bondad y el afecto que el le había dado todo ese tiempo.
—Le he dicho a todos que el niño que esperas es mío.
—No.—Se negó, la culpa de aquello la estaba matando en ese momento.
—Nacerá como un príncipe.
—Alteza...—Sollozó con el rostro escondido en su pecho.—No quiero tener a este niño, no me perdonaría el que usted mienta y peque por mi culpa.
—Rose.—La llamó separándola de el un momento.—Tener o no al niño es tu decisión, pero recuerda que si no lo tienes... Tendré que casarte con alguien y expulsarte del harem, esas son las reglas.
La azabache cerró sus ojos con fuerza, temía tanto por su vida, adoraba lo suficiente al príncipe como para abortar y dejarlo en paz pues el no tenía ninguna obligación con ella, pero por otro lado su corazón le dolía de pensar en casarse con otro, en el pueblo donde todos la conocían como la prostituta traída de Grecia.
—Quiero quedarme con usted, majestad.—Murmuró.—¿Pero que dirán? En el pueblo todo el mundo sabe quien es Rose, no dudarán en pensar que este niño no es suyo.
—Me encargaré de encerrar a quien sea que se atreva a decir algo en contra de tu hijo, lo prometo.
Selim acarició el delicado rostro de la muchacha causante de esos nuevos sentimientos que crecían en su pecho.
—Lo primero que haremos es cambiar tu nombre, hoy empezarás una nueva vida como mi favorita.—Le mostró una sonrisa.—Dilara.
—¿Dilara?—Preguntó.
El joven príncipe sostuvo la mano de la concubina y la llevó a su pecho dónde podía sentir el latido de su corazón.
—La que deleita el corazón... Mi corazón.
Aún con la mano sujeta la llevó a su rostro dejando un beso en ella provocando que las mejillas de quien alguna vez se llamó Rose se enrojecieran.
—Mi príncipe.—Un guardia entró no sin antes tocar la puerta.—La sultana Nurbanu está aquí.
—Que entre.—Asintió mientras ambos se voltearon a ver la puerta.
Nurbanu ingresó haciendo una reverencia, pronto rodó los ojos al ver sus manos sujetas, eso solo significaba que aquella muchacha había aceptado mentirles a todos.
—Retírate Rose, necesito hablar a solas con mi esposo.—Pidió la mujer.
—Como desee, sultana.—Hizo una reverencia a ella y luego volteó al pelirrojo.—Mi príncipe.
El solo asintió permitiendo que se retire, Nurbanu bastante celosa acudió al lado del príncipe sosteniendo sus manos mientras las acariciaba con sus pulgares.
—Desde ahora todos deben llamarla Dilara, le otorgue ese nombre como regalo.—Explicó.
Ella no contestó nada, solo se limitó a mirarlo un poco incrédula, pero eso era lo de menos, esa noche ella tenía planeado quedar embarazada, tener a un hijo que de verdad tuviese sangre de la dinastía.
—No quiero mas peleas, Selim.—Ella mostró una sonrisa mientras llevaba sus manos a la vestimenta de su príncipe empezando a desabotonar su camisa.
—Tengo mucho que hacer en este momento.—Se excusó mientras sujetaba sus manos deteniéndola.—Ve a tus aposentos, Murad debe estar esperándote.
Y sin mas se volteó dándole la espalda a su favorita pues no sentía más deseo por ella, únicamente sentía un profundo afecto al ser su compañera y madre de su heredero.
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I Will |Principe Selim.
Fanfiction"Quédate conmigo, sostén mi mano." El príncipe se ha enamorado de una joven que rescató de lo más bajo del pueblo. Rose "La prostituta" también lo ama pero cuando un evento imprevisto ocurre, pondría en juego su vida y el amor de Selim.