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Topkapi
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Durante los primeros 3 meses en la capital Dilara fue ignorada por la hermana y madre del príncipe, a las horas de comer en el harem ella tenía que hacerlo apartada bajo la burlesca mirada de Nurbanu quien se regocijaba al verla como menos, su consuelo eran las demás concubinas quienes se sentaban con ella y acariciaban su crecido vientre.

—Señorita Dilara.—La voz de Nazli Hatun la llamó.—La sultana Hurrem ha pedido su presencia en sus aposentos.

—¿Sabes el motivo?—Habló algo curiosa.

—No hagas preguntas, la sultana te está esperando.—Regañó mostrando su inconformidad.

No dijo nada más, con voz nula y tranquilidad se dirigió a los aposentos de la pelirroja quien no estaba feliz con hospedarles en su palacio, consideraba que era una aberración resguardar a una mujer de poca moral y sin educación alguna, la despreciaba. No dudó en hacérselo saber con la primera mirada cara a cara cuando finalmente Dilara arribó a los aposentos que alguna vez le pertenecieron a la madre sultana.

—Mi sultana, es un honor verla.—Se reverenció y mantuvo su cabeza agachada.—Me dijeron que deseaba mi presencia.

—Así que estás esperando un hijo.—Habló con un tono extraño en su voz.—Seré directa contigo Dilara, tengo serias dudas sobre la legitimidad de este embarazo.

Por un segundo la azabache sintió su corazón frenarse al mismo tiempo que el cuerpo se le tensaba, ¿Acaso Nurbanu había ido a contar todo en el palacio?

—No puedo evitar preguntarme si realmente mi hijo es el padre.

—Discúlpeme sultana pero ¿Cómo puede cuestionar mi fidelidad hacia el príncipe?

—No puedo ignorar el hecho de que mi hijo te ha sacado de un burdel. ¿Quién sabe? Quizás el bebé en tu vientre sea de uno de los tantos
hombres con los que estuviste... No quiero que mi familia sea engañada.

—Mi príncipe y yo tenemos una relación sólida. No es justo ni apropiado que ponga en duda la legitimidad de nuestro hijo. El esta seguro de que es el padre, y no necesitamos su aprobación ni sus sospechas infundadas.

—¡Como! ¡¿Como te atreves a hablarme así?!—Se levantó del diván dirigiéndose a ella amenazante.

—Si no puede apoyarnos en este momento tan importante, entonces es mejor que este asunto llegue a oídos de nuestro sultán, estoy segura de que el estará muy interesado de escuchar sus sospechas.

Ofendida Hurrem azotó su rostro con fuerza, sin importar el embarazo de la criada y tan pronto como regresó su rostro, la envolvió apretando sus mejillas obligándola a observar aquellos ojos de fuego.

—No te atrevas a amenazarme, soy la esposa del sultán y merezco respeto... Si dices una palabra más, me aseguraré de que mueras.

—No permitiré que dañe nuestra felicidad y nuestro futuro.—Habló sin conocer todavía las reglas del palacio y mucho menos la jerarquía en el harem principal.

—Vete antes de que haga algo de lo que pueda arrepentirme.—La soltó obligándola a salir de ahí.

Ella la reverenció marchándose sin saber lo que aquella discusión, marcaría su futuro y el del bebé que esperaba.

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Selim y Dilara se encontraban en los aposentos, su concubina había pedido quedarse esa noche con el pues después de aquella conversación empezaba arrepentirse de estar ahí.

—Escuché que mi madre pidió que fueras a sus aposentos.—Mencionó el príncipe quien tenía un brazo abajo de la cabeza de Dilara sirviéndole así de almohada.

—Es una mujer agradable.—Contestó sin retirar su cabeza del pecho del príncipe.—Con usted aquí todo será más fácil.

Hubo un silencio durante varios segundos en los que Selim notó el tono de su criada.

—¿De que hablaron exactamente?—Cuestionó.

—Mi querido príncipe... No hemos hablado de nada importante.—Mintió.—Preguntó por mi embarazo, pero pude ver que tenía razón, la sultana ama a Nurbanu como a una hija.

—No te aflijas por eso, cuando nuestro bebé nazca ella mostrará más cariño y respeto por ti.—Dejó un beso en la cabeza de la azabache.

—¿Cuanto tiempo estaremos aquí?—Hizo un puchero el cual el no pudo ver, pero por su voz supo al instante que tipo de expresiones hacía.

—Lo que dure la campaña, Allah mediante estaremos aquí durante tu parto y mi madre podrá conocer al príncipe o sultana que tienes en tu vientre.

Una sonrisa afligida apareció, sentía vergüenza de las mentiras que el estaba diciendo por ella, pero más temía interrumpir el embarazo y casarse con un hombre al que no conociera, se negaba pues algo en su corazón le llamaba a estar junto al pelirrojo que la rescató.

I Will |Principe Selim.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora