Gerald sabe que se está quedando atrás. Sabe que puede perder a Catarina. Sabe que sus "amigos" son sus enemigos.
Él lo sabe y no piensa rendirse.
Es por eso que organizó una serenata especial para Catarina.
El plan era simple, Catarina se iba a dormir alrededor de las 10, así que los mariachis empezarían a tocar a las 9, para que escuchara la serenata.
Y, por supuesto, no le dijo nada nadie. Todo era una secreto. Más nunca se esperó lo que sucedería aquella noche.
—Ya saben que hacer, empiecen a tocar cuando yo les de la señal.— los mariachis se pusieron en su posición, frente a la mansión Claes, y Gerald enfrente de ellos, junto con el señor que iba a cantar.— Asegúrate de que mi voz se escuche bien.
—No se preocupe, a la señorita Claes le encantará la serenata.
Gerald simplemente sonrió y contó hasta tres. Al llegar al cero, Gerald alzo su mano para que empezarán a tocar.
Los músicos empezaron a tocar, todo iba perfecto. Tanto Gerald como el señor que estaba a su lado empezaron a cantar.
Solo faltaba la estrella principal, Catarina.
Pero, en lugar de que saliera Catarina, salió un Keith furioso en pijama de ositos.
—¡GERALD! CÁLLATE, NO ME DEJAS DORMIR.
Los músicos, asustados del hijo de los Claes, dejaron de tocar.
—Regresa a tu cuarto, cuñado. Yo vengo por Catarina.
—Adivina, ella no está.
—¿Qué? No te creo.
—Ella está en una pijamada en casa de Mary.
—¿QUÉ?
—Lo que escuchaste ahora... ¡DÉJAME DORMIR!
Y antes de que Gerald se fuera, Keith tomo la manguera del jardinero y abrió la llave, mojando a Gerald.
—¡KEITH!
—Buenas noches, cuñado— se burló Keith, volviendo a entrar a la mansión.
Gerald debía de aprender que Keith se ponía de mal humor si lo despertaban.
Ahora un Gerald mojado se dirigía furioso a la casa de los Hunt.
Amigos, sé que este capítulo fue muy corto pero les prometo que el siguiente será mucho más largo.
Esperenlo~
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¿Quién es? |Bakarina| Trilogía (1/3)
Fanfic-Me parece que no has aprendido cuál es tu lugar. -Príncipe Gerald, por favor, no me haga nada. -Tú no estás en posición de pedirme algo ¿Lo entiendes, escoria?- El príncipe se acercó sigilosamente a mí y me miró con aquella mirada que puede atraves...