Capítulo 10

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Si quieren se saltan esta parte y van a leer el capítulo-

Bueno, solo quería decir que agradezco a los que siguen leyendo está historia. Empezó en 2018 y apenas dos años después la estoy continuando.

La verdad no recuerdo mucho de como planeaba que siguiera la historia pero creo que estoy logrando lo que quería. Jeje.

Por otra parte... También quería preguntar que ships les gustaría que hubiera además del Golxy, si puedo acomodarlos en la historia pondré los ships-

Ahora si, el capítulo...







Foxy corrió hasta llegar a un lugar que ni siquiera él sabía que tenían en la escuela, era un salón vacío con mucho polvo y pupitres amontonados en la pared. En ese aula pudo dejarse caer en el sucio suelo y cubrir su rostro.

Joder, hasta hace poco había estado loquito por la niña más linda del colegio, y ahora tenía un crush por el que suponía debía ser su peor enemigo. No solo eso, también solía tener pequeños lapsos dónde recordaba cosas de su pasado.

Ese pasado que se había obligado a olvidar porque su vida antes del orfanato era terrible.

Odiaba esos recuerdos, odiaba a Golden, amaba a Golden. Odiaba lo mucho que amaba a ese maldito rubio. Había tratado de ignorarlo, solo debía olvidar lo que su tonto corazón creía sentir. ¡Él no amaba a Golden! ¡Solo estaba confundido! ¡Su corazón creía amarlo pero solo lo odiaba!

— Odio todo —murmuró mientras agarraba su cabeza desesperado. Un rato después pudo escuchar que alguien entraba al salón también corriendo. Alzó la mirada.

Se encontró de frente con el guitarrista del equipo de Mangle, ese chico de pelo turquesa y piel morena. Él sonrió nervioso.

— Lo siento... Yo...

— ¡Maestro! —se escuchó un grito suave a la distancia, Foxy reconoció la voz de Bonnie. No. Bonnie no debía verlo así.

El de pelo turquesa tenía el rostro rojo y Foxy ni siquiera prestó atención a eso porque lo único que pensó fue en esconderse, y llevar consigo al guitarrista por si decidía revelar su escondite.

Ambos estaban dentro de un armario del salón abandonado, ese armario tenía telarañas y algunos libros viejos dentro además de botellas. Foxy hizo una seña de silencio mientras se acercaba a ver por una grieta pequeña que había en la puerta.

— ¿Maestro? —el de pelo morado dio la vuelta por la habitación, después de no hallar nada se fue. Ambos suspiraron.

— Gracias, Bonnie es realmente molesto —suspiró Bon con tono agradecido, aunque lo que dijo no era realmente lo que pensaba.

— Es un rarito —dijo Foxy observando a Bon, ambos estaban realmente cerca teniendo en cuenta que un armario no era tamaño suficiente ni siquiera para una persona.

— Y tú... ¿Qué hacías aquí?

— Me escondía de una molestia mayor a Bonnie. —Bon simplemente asintió. Ambos se quedaron en silencio, un silencio incómodo, viéndose a los ojos. De repente la puerta del armario se abrió y ellos cayeron de bruces contra el suelo fuera. Bon cayó encima de Foxy y ambos gimieron de dolor por el golpe.

Lo que escucharon después los dejó realmente sordos.

— kYAAAAAAHHHHHH!!!!!!!!!!!!! —escucharon, fue lo último que escucharían en su vida porque el tono con que la chica había gritado debía ser totalmente imposible de lograr por cualquier humano. — Oh por el creador del yaoi. ¡No se detengan! Hagan cómo que yo no estoy aquí y sigan.

Foxy apenas la escuchaba, la cabeza le seguía dando vueltas, tanto por el golpe con el suelo cómo por el grito de Fujoshi de la de pelo anaranjado. Bon por otra parte aunque también aturdido, escuchó la petición de la chica, y pudo decir lo más inteligente que pudo: — ¿Qué?

— Vamos, solo dense su beso.

— ¿QUÉ? —Ahora fue el turno de Foxy.

Ambos se vieron, Bon seguía encima de Foxy y el pelirrojo decidió que empujarlo fuera era la mejor opción. Bon no pareció ofenderse por eso.

— No actúen así, se nota que iban a darse un beso —de la nada sacó un pañuelo y se limpió la sangre que salía de su nariz— No pueden negarlo, yo los descubrí. Pero si quieren guardo el secreto.

— ¡NO SOY GAY! —gritaron ambos con el rostro totalmente rojo mientras sus cerebros les traían a la mente la imagen del chico al que amaban. No, ambos se dieron una bofetada mental y sacaron a esas personas de su mente.

— Oh... —la chica les dio una mirada extraña, cómo si supiera algo que ellos no. Lo que Foxy no dudaba porque parecía ser una pervertida de primera. — Mi nombre es Abby, un gusto.

Los chicos se vieron incómodos, solo Bon se presentó de vuelta, en cambio Foxy...

— No le diré mi nombre a una rara —y después de eso salió del salón

Bon y Abby se quedaron solos. — Bueno, también debo irme... Ya sabes... Mi guitarra... —y después Bon desapareció. Abby sonrió.

— Esos dos siguen en negación. —despues se dirigió al armario y tomó uno de sus preciados mangas que guardaba allí. Se sentó a leerlos.

Ese había sido un día feliz para Abby, pero no uno muy feliz para Bon y Foxy. Más bien uno incómodo.

Recordandote (golxy) Where stories live. Discover now