Gray |JiChen

(𝑶𝒏𝒍𝒊𝒏𝒆 𝒍𝒐𝒗𝒆)

C u a r t o

Le di otro sorbo a mi café mientras veía la puerta del establecimiento con nerviosismo. Podría carecer de sentido común, pero definitivamente era consciente de que las posibilidades de salir de aquí sin ser regañado son nulas.

Sin embargo, la tardanza de mi amigo no hace nada más que ponerme cada vez más inquieto. Todo se solucionaría si tan solo recibiera un mensaje del motivo de mis problemas, mas sé que eso no pasará pronto.

Le doy un mordisco a mi sándwich y es cuando levanto la vista otra vez que puedo verlo llegar, trae una bolsa negra con el logo de una tienda y levanta la cabeza buscando mi llamativo cabello verde entre los demás clientes que se hallan en el lugar. Levanto la mano para llamar su atención y él se acerca con prontitud.

    — RénJùn ge. —lo saludo inclinando un poco la cabeza.

Él rueda sus ojos mientras se sienta en la silla frente a mí y pone sus manos entrelazadas sobre la mesa. Definitivamente no le ha gustado que interrumpa su día de compras por un problema que no puede ser dicho por teléfono.

    — ¿Ahora qué hiciste?

Su pregunta es directa y me hace apretar mis labios e inflar mis mejillas por la indignación.

Sí, quizás golpee en la cara a un par de personas mientras jugaba básquet hace unos días y, bien, puede que sea mi culpa que YangYang tenga el cabello morado porque confundí los tintes cuando estaba jugando a ser peluquero.

¡Pero yo no soy problemático!

Suspiro, recordándome que ponerme a discutir ahora no sería mi mejor plan y decido empezar a hablarle de mi problema.

    — ¿Te acuerdas del chico alto y bronceado que conociste hace un año?

Me parece impertinente decir el nombre de XuXi, así que lo mantengo como "esa persona" para que las probabilidades de que él me golpee disminuyan un poco.

Los ojos de RénJùn se entrecierran y puedo ver como su mano derecha se convierte en un puño.

    — Dijimos que nunca hablaríamos de eso otra vez —determina, y yo soy lo suficientemente osado para darle otra mordida a mi sándwich, esperando a que me dé una verdadera respuesta—. Pero, sí, lo recuerdo.

Asiento, esperando a que él empatice conmigo.

    — De acuerdo. Entonces, puede que yo haya empezado a hablar con alguien que conocí en Weibo. —mi voz tiembla, al igual que mi pierna derecha, y empiezo a reconsiderar esto.

Debí haberle pedido disculpas a YangYang por quinceava vez y hablar con él.

    — ¿Es por eso que has estado tan raro? —bufa antes adueñarse de mi tajada de pastel de capuchino y empezar a comerlo pese a mis protestas—. Viene aquí a escuchar como tienes un novio, me lo merezco.