Ya no eres un niño, ya no existen los héroes o los villanos, solo personas. El mundo no es negro o blanco, es gris.
➥ En publicación: (12/20 one shots)
➥ Pareja: JiChen/Chensung
➥ Conjunto de one shots inspirados en canciones de Conan Gray sin relac...
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JaeMin tira de mi brazo en cuanto me quedo estático por el miedo. Nunca he sido un niño problemático y sé que mi mamá enloquecerá cuando se entere de esto. Igualmente, dudo que ella me crea cuando le diga quién fue el instigador.
— Lee JeNo —canturreó mi amigo mientras me llevaba a rastras, como si siguiera siendo un infante—, no te olvides de tu familia.
Puedo ver lo que mi hermano define como "brillo travieso" en los ojos del mayor de los tres. Él, a diferencia de su primo DongHyuck, carecía de un rostro y gestos pícaros. Por esto, JeNo podría pasar por el más inocente de nosotros; mas, había sido quién sugirió esta travesura.
— Hyung —musito hacia JaeMin, siguiendo a mis mayores—, ¿por qué hacemos esto?
Él me brinda una de sus brillantes sonrisas y se encoje de hombros.
— JeNo hyung no quiso jugar a la familia con nosotros —se queja, pero se adelanta para sujetar el pincel que le ofrece nuestro amigo—. Así que ahora pintamos puertas para ahogar nuestra tristeza.
— No les obligué a seguirme. —bufa Lee entregándole el bote de témpera negra y ambos podemos ver cómo Jae pinta una flor, una cara sonriente y una "J".
— Pero es divertido —sentencia Na riendo un poco—. Vamos, JiSung tiene que pintar una puerta también.
Cruzamos la calle para llegar hasta otra casa y Jae deja el pincel en mis temblorosas manos. No estoy seguro de querer hacer esto, pero no quiero quedar mal frente a ellos. Lo aprieto entre mis dedos y tomo el bote que Lee me da. Pienso en qué podría hacer durante un segundo y me acerco lo suficiente con el pincel en una mano y el bote de pintura en la otra. Hace poco empecé a dibujar un dinosaurio con mi nombre y creo que sería divertido pintarlo.
Mis trazos son torpes y descuidados, pero creo que el resultado es bastante bueno. Me siento orgulloso de mi obra.
No obstante, no puedo regodearme por mucho tiempo, ya que el grito furioso de un hombre llega hasta donde estamos, haciendo que los tres saltemos por la sorpresa. Corremos en dirección a la casa de JaeMin, donde se supone que pasaríamos la tarde jugando, sintiendo la adrenalina recorrer nuestros jóvenes cuerpos.
Los vecinos llamaron a la policía, pero nunca supieron que habíamos sido nosotros.
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