Capítulo XIV: palabras inesperadas

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Un mes después de aquella propuesta, suelo encontrarme con Mateo en donde solía ir con Joaquín... Era consciente que tú podías vernos a través de los arbustos en los que te escondías, no sé cómo soy capaz de sentir tu presencia, tu mirada en mí. Tal vez, el tener sentimientos fuertes hacia alguien, llega a activar cosas de las que no creemos ser capaces de hacer. 

Este día fue distintos a los anteriores, Mateo me confesó que siempre le gusté, pero él sentía que lo rechazaría si me lo contaba. Solo pude reírme por esa confesión, ya que, me hubiera encantado que lo haya intentado; al igual que yo, porque quizá ahora no estarías tan metido en mi mente y en mi ser, Joaquín. 

Los escritos que jamás leerásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora