Capítulo X: el tacto

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Aquella noche, en la fiesta a la que me invitaste, me besaste en medio de todos. Mientras estábamos bailando, mirándonos y poco a poco ibas acercándote... podía sentir mis latidos muy fuertes y acelerados; y luego, nuestras respiraciones. Solo quería preguntarte: "¿¡Me diste un beso!?". En ese momento, no podía creerlo; sin embargo, después de ese instante, tú solo sonreíste y recordé que esto no era correcto, aunque en lo más profundo de mi ser, me sentía la chica más feliz y enamorada de todo el mundo. 

¿Ese beso habrá significado algo para ti? ¿Te habrá gustado tanto como a mí? ¿Por qué lo hiciste si ya tienes a alguien de quien estás enamorado? 

Tal vez, ese beso solo fue efecto del alcohol... pero me gustó. 

¡Dios! ¡Maldita sea, Joaquín! 

Los escritos que jamás leerásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora