Capítulo III: ilusión

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Desde ese día, no pude quitarme su sonrisa de mi mente. Mis pensamientos solo giraban entorno a él, no sabía qué hacer con eso. Hasta que lo vi de la mano con una chica, supe que eso no era algo tan malo, pero darse un beso en los labios era diferente. 

En ese momento, mi corazón que había sido robado por aquel chico, regresó a mí de una distinta manera. Había vuelto en miles de pedazos y sentía envidia por aquella chica... La mayor parte de mi adolescencia me he ilusionado muchas veces, pero con él era distinto lo presentía y ahora, solo es algo imposible.  

Los escritos que jamás leerásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora