[ACTUALIZANDO]
¿Qué pasaría si un día te dieras cuenta de que toda tu vida ha sido una mentira? Y... ¿Qué pasaría si te obsesionaras con saber la verdad, y no pararas hasta conseguirlo? pero... ¿Qué pasaría si cuando supieras toda la verdad, hubier...
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Bajamos del autobús y me quedé embobada mirando la fachada del Internado. Lucía bastante grande, se observaban dos alas bien diferenciadas, a su alrededor había un gran césped que lo rodeaba y un camino que guiaba hasta la puerta principal. Llegamos hasta una gran entrada, decorada con una fuente en frente de la puerta y divisé una gran placa en los azulejos que formaban la pared donde ponía "Intentando Thompson".
—Oye, tengo que ir a por una cosa a la taquilla, entra y pídele a la secretaria tu llave de la habitación...— habló atropelladamente JB y se fue, haciendo que solo me enterará de la primera frase ya que las siguientes habían quedado en segundo plano dentro de mi cabeza.
Genial, estoy lista para perderme, porque la explicación de JB me había entrado por un odio y salido por el otro sin antes ser procesado.
Me dispuse a entrar en el gran edificio, y me acerqué a secretaría para pedir mi llave que era de lo único que me había escuchado que hiciera.
—Hola— saludé captando la atención de una mujer alta rubia con gafas y una baja gordita con el pelo rojizo —Soy nueva.— avisé antes de decir algo.
—¿Tú eres Hailey Barnet? —habló la bajita y yo asentí —Toma, esta es tu llave —dijo acercándomela —Sube hasta la tercera planta y gira hacia la izquierda.— indicó regalándome una sonrisa.
—Muchas gracias. —respondí con otra sonrisa y seguí las indicaciones que me había dado.
Subí las escaleras, hasta la planta tres, y lo primero que pensé fue que podrían haber puesto las habitaciones en la planta baja y no tener que subir diariamente tres plantas.
Una vez arriba, miré a mi alrededor y antes de que pudiera dar un paso, los pasillos se llenaron de gente a un lado y al otro, que me miraban como un bicho raro, esperando que hiciera o dijera algo.
—¿¡Qué coño miráis?! —grité haciendo que estos disimularan, como si no fuera con ellos.
—¿Qué habitación tienes? — escuché una voz fina por parte del pasillo derecho.
—287. — dije haciendo que algunos se acercarán a mi y otros me mirarán con asco.
¿Qué es esto? ¿Dónde me he metido?
—Ven por aquí. — me indicó una chica gordita con el cabello pelirrojo bastante largo y una piel muy blanca.
La seguí y me llevaron hacia el pasillo izquierdo. Allí entramos por una puerta hacia una especie de salón comedor bastante espacioso y con muchas puertas.
—Bienvenida. — habló la misma que me llevó hacia allí. —Me llamo Ingrid Wembley. —me regaló una amplia sonrisa.
—Yo soy Hailey Barnet. — dije mirándolos —Oye, ¿por qué casi me comen con la mirada los del otro pasillo? —pregunté aún confusa.
