All the secrets ®️

Capítulo 6

Habían pasado algunas horas desde que JB se había ido, y ya empezábamos a preocuparnos, por lo que decidimos ir a la sala de informática a ver cómo iba.

—¿Por qué estás tardando tanto? —preguntamos cuando llegamos a la sala.

JB se sobresaltó al vernos y después de mirarnos echó un vistazo al ordenador y nos hizo una señal para que nos acercaramos.

—Os iba a avisar ahora mismo —habló mientras abría una pestaña del ordenador.

—¿Has encontrado algo? —pregunté y ambas nos acercamos a él para que nos mostrara algo que pudiera darnos alguna pista.

—¿Un número de teléfono? —lo observé detalladamente mientras intercalaba las miradas con ellos.

—Exacto, solo uno, ¿sospechoso no? —levantó ambas cejas dando media vuelta en la silla giratoria—. Además es una llamada de hace dos años, a alguien se le olvidó ese pequeño detalle, o quería dejar rastro de ello.

—Pues vamos a llamar. —dije decidida cogiendo el móvil que se encontraba conectado al ordenador.

—¿Y qué vas a decir? —preguntó Ivy haciendo que me cuestionara dicha pregunta— ¿Hola he encontrado este móvil en una caja fuerte y quiero saber porqué en el registro de llamada solo está tu número? —comentó irónica colocando una mano en su oreja con forma de teléfono.

Me encogí de hombros y pulse el botón de llamar. Un pitido, el silencio y la incertidumbre se apoderó de los tres; dos pitidos, aún queda esperanza; tercer pitido, cada vez tenía más claro que no iba a cogerlo; cuarto pitido, la línea del otro lado se descuelga, se escucha una respiración detrás del móvil, hubo unos minutos de tensión hasta que la persona que se encontraba al otro lado del teléfono se dignó a decir algo.

—Te dije que te guardaría el teléfono, pero si llamas podrían rastrearlo, será mejor que no hablemos, por lo menos por aquí—. Se escuchó una voz ronca, proveniente de un hombre, e instantáneamente la llamada se cortó.

Los tres nos quedamos en silencio, asimilando lo que aquel hombre acababa de decir. Parpadeamos varias veces e intercambiamos miradas confusas.

—¿Qué estás haciendo? —cuestioné mirando a JB, que fue el primero en moverse después de la llamada, estaba tecleando con rapidez en el ordenador, mientras nosotras aún estábamos sorprendidas por aquella contestación.

—Rastrear la llamada. —añadió mientras las dos mirábamos la pantalla por detrás de la silla.

—Parecía preocupado y tenía muy claro de quién era la llamada —analizó Ivy—. No es la clase de contestación que uno se espera, esconden algo, y no quieren que nadie se entere.

—Pues que se preparen porque no me pienso ir de aquí sin saberlo.—hablé decidida.

En la pantalla del ordenador apareció un mapa del mundo que poco a poco se acercaba al lugar de donde provenía la llamada.